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Paysandú, Viernes 27 de Enero de 2012

Paysandú casi termina siendo su propia víctima

Deportes | 22 Ene Se los tasaron alto. Quizá demasiado. Pero, en esto del fútbol, está claro que hay que hacer la diferencia en la red rival y cometer mínima cantidad de errores para poder salir airoso. Y la lección, vieja como la injusticia, la recibió Paysandú en su propio reducto, donde no pudo festejar su segunda victoria en el Litoral Norte y terminó igualando 2 a 2.
Es que Rivera, que llegaba al igual que el seleccionado de Ramón Silvera de saborear una victoria en el debut del torneo regional, se encargó de hacerle pagar demasiado caro sus errores. Se cobró un interés demasiado elevado por la ineficacia sanducera a la hora de definir, y por dos gruesísimos errores en la última línea; tan alto, que prácticamente obligó a Paysandú a hipotecar la chance siquiera de sumar un punto en su debut en el Estadio Artigas.
Pero, al menos, pudo rescatar una unidad que puede resultar importante a la larga, sobre todo si se tiene en cuenta que debió remarla de atrás.
¿Mereció Paysandú mejor suerte? Tal vez, pero con sus aspiraciones de campeonato, con el plantel que tiene, está a la vista que no puede darse el lujo de desperdiciar no menos de cuatro ocasiones claras de gol, y de suicidarse en un par de jugadas de pelota quieta.
El equipo comenzó con buen pie. Tuvo la pelota y en los primeros minutos ya hizo vibrar a los hinchas, que se acercaron a alentar en buen número pese a la amenaza de lluvia.
Pero poco a poco la cosa se fue emparejando; tanto, que Paysandú no se mostró fino en mitad de la cancha, tuvo algunos problemas para volver cuando el rival se hacía de la pelota, y esto llevó a que sufriera en dos ocasiones en la última línea.
Pero con el paso de los minutos Parodi fue apareciendo. Su calidad intacta permitió que el equipo creciera, y cuando esa reacción estaba en auge llegó el gol sanducero, gracias a un cabezazo de Juan Arregín.
Era el gol de la tranquilidad, que permitía manejar el partido en búsqueda del segundo gol. Aunque esa sensación de seguridad duró poco, ya que Chubrega (que ocupó el lugar del lesionado Pérez) debió retirarse lesionado significando una baja importante no solo en la última línea sino en el equipo, dado que se había transformado en uno de sus mejores exponentes.
Igualmente, Paysandú siguió buscando. Y pecando a la hora de definir, de liquidar a los fronterizos que veían como Parodi dejaba solo a Patritti (incluso tras dejar a cuatro jugadores por el camino en una de las jugadas que generó), y el delantero no acertaba a la hora del puntillazo final, perdiendo un par de ocasiones en forma poco creíble.
La idea era mantener el predominio en el complemento, aceitar el funcionamiento, sabiendo que el rival intentaría reaccionar en los primeros minutos del segundo tiempo. Y Paysandú cumplió la planificación casi a la perfección. Casi, porque generó tres ocasiones de peligro, sin poder concretar ninguna.
Era perdonarle la vida a un rival que estaba lejos de estar liquidado. Tanto, que Rivera sacó jugo de esa ineficacia del local a la hora de definir, y aprovechó un grueso error defensivo para marcar la igualdad. Los nervios comenzaron a complicar a Paysandú. Y ni que hablar cuando, casi sobre la media hora del complemento, Rivera volvió a aprovechar un gruesísimo error para que López cabeceara en el área chica y diera vuelta las cosas.
Ahora había que remar de atrás, intentar sobrellevar el momento, sacar a relucir toda la rebeldía e intentar no irse al vestuario con las manos vacías. Y se pudo, ya peleando los dos con un jugador de menos por una jugada que favoreció a los sanduceros, dado que el árbitro paró una carga que seguramente terminaba en gol para expulsar a un futbolista por bando.
Paysandú arriesgó con una línea de tres final, y los pases de Parodi, peleando contra el físico, volvieron a dejar a los delanteros de cara al gol. Pero se volvía a fallar, hasta que Patritti se redimió, aprovechó la ineficacia de la defensa rival a la hora de despejar y, tras un segundo rebote en un compañero, quedó solo de cara al gol y definió de gran manera. Y habría tiempo aun para una notable atajada del golero visitante, que evitó lo que hubiera sido una remontada espectacular de Paysandú.
La Blanca rescató un punto importante, si se tiene en cuenta cómo se dieron las cosas.
Pero no debió sufrir tanto. Fue víctima de sus propios errores, ante un rival que se aprovechó la situación y estuvo muy cerca de complicar aun más a Paysandú que, más allá de todo, sigue intacto en búsqueda del título. STB


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