Paysandú, Lunes 30 de Enero de 2012
Locales | 23 Ene Las mordeduras de ofidios que se registran en Paysandú ocurren fundamentalmente en zonas rurales. Sobre todo en establecimientos donde cumplen tareas trabajadores zafrales, aunque más esporádico también afectan a campamentistas o visitantes de zonas problemáticas, de acuerdo a los datos obtenidos por EL TELEGRAFO en el ámbito de la salud de nuestro departamento, a partir de la difusión de un comunicado del Ministerio de Salud Pública respecto a los cuidados a observar para evitar mordeduras y eventualmente de acciones tendientes a evitar las consecuencias del ataque.
La licenciada Olga Rodríguez, referente epidemiológica de la Dirección Departamental de Salud, consultada por EL TELEGRAFO, manifestó que “no hemos tenido casos de este tipo en los últimos tiempos, pero el año pasado tuvimos por ejemplo la notificación de tres mordeduras de ofidios”.
“Estas son las que ocurren generalmente con trabajadores rurales, o personas que viven en el campo, y que son víctimas de estos accidentes”.
“No es una alerta particular para nosotros, y considero que estas recomendaciones del ministerio por supuesto son válidas para todo el país, con especial énfasis en las zonas que habitualmente no tienen estos eventos, aunque son susceptibles de tenerlos y que posiblemente no tienen una preparación como para responder en forma inmediata”.
Indicó que “en Paysandú los accidentes por mordeduras de ofidios son regulares y la respuesta de los servicios asistenciales es inmediata con suero antiofídico”. En tanto al ser consultada sobre si se cuenta con existencia permanente de este suero, consideró que “efectivamente, es una medicación que está disponible en la Farmacia del Hospital, y el caso requiere denuncia obligatoria, para luego lograr la reposición”.
Consideró asimismo que “es un medicamento que está disponible en Paysandú y es tanto de uso público como privado”. Respecto a si se cuenta con elementos para primer tratamiento en zonas de riesgo, como plantaciones de cítricos y establecimientos en que se da sobre todo la presencia de serpientes venenosas como yaras, indicó que “en realidad el tratamiento que se debe hacer en el lugar es dejar a la persona afectada en reposo, no hacer ningún tipo de intervención en la zona de la mordedura, como ligaduras, torniquetes o cortes, ni colocar ningún tipo de sustancia”.
Traslado urgente
“Lo que corresponde es el traslado al lugar de asistencia más cercano para que allí se apliquen las primeras medidas”, acotó Olga Rodríguez, al señalar además que “se hace análisis de laboratorio y valoración por un técnico, para ver que tanto veneno pudo haberse inyectado y en definitiva implementar la respuesta mediante el suedo antiofídico, porque ese es el tratamiento básico”.
Indicó que naturalmente un aporte sustancial para acelerar y asegurar el tratamiento es la identificación del ofidio, si se le puede atrapar o matar, aunque generalmente en la premura del momento esta posibilidad no se da muy frecuentemente, desde que la serpiente suele escapar rápidamente y la primera reacción del afectado es atenderse de la mordedura.
“Lo ideal sería poder identificar cual fue el ofidio de la mordedura, pero generalmente la gente lo ve y no lo puede capturar o matar, y de cualquier manera llegado el momento tampoco se puede perder tiempo detrás de una víbora. Lo mejor es concurrir al centro asistencial y describirla, si es que se logró verla”, explicó.
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