Deportes | 30 Ene El serbio Novak Djokovic, número uno del mundo, en histórica final se impuso al español Rafael Nadal, número dos, y conquistó su tercer título en el Abierto de Australia y se ubicó entre los cinco tenistas que se consagraron con tres o más veces en torneos de Gran Slam.
En épica definición, la más larga en torneos de Grand Slam en 5h53m, Djokovic venció 5-7, 6-4, 6-2, 6-7 (5/7) y 7-5 al mallorquín que recién se quebró en el último juego cuando ya los dos estaban defendiendo los puntos más a corazón que a resto físico, como resultado del gran esfuerzo que emplearon en los cinco sets en los que ninguno regaló nada.
El primero fue para Nadal cuando el serbio comenzaba a recuperarse de la semifinal ante Murray que también le demandó una gran entrega.
Seguro e imponiendo su servicio, Djokovic se impuso en los dos siguientes, pero la respuesta del español llegó en la mejor definición en el break del cuarto set que obligó al quinto y definitivo.
Allí comenzó el gran duelo, con ventaja para Nadal que llegó a estar 4-2, le igualó el serbio y de nuevo igualaron en 5 puntos. De ahí en más todo se definió en función del que cometiera menos errores, y Djokovic, quien pareció quebrarse a mitad del set, retomó aire y sacó fuerzas de donde no parecía que hubiera para hacer suyos los dos últimos games y quedarse con el triunfo.
“Por desgracia no puede haber dos ganadores”, expresó Djokovic al final, mientras que el español contestó “nunca olvidaré este partido. Aunque lo perdí fue mucho para mí. Muchas gracias, volveré”.
El serbio se convirtió en el quinto jugador de la era Open, desde 1968, en ganar tres títulos consecutivos de Gran Slam, venció a Nadal en 2011 en Wimbledon y en Estados Unidos, junto a Nadal, Rod Laver, Pete Sampras y Roger Federer.