Paysandú, Jueves 02 de Febrero de 2012
Locales | 26 Ene El Uruguay de las extensas plantaciones forestales, de la producción de celulosa para exportación --con otro emprendimiento en marcha-- y de las fábricas de contrachapados que apuntan a reactivarse tras un período difícil, tiene sin embargo dificultades para abastecer los aserraderos, varios de los cuales han cerrado en las zonas forestales, incluyendo a Paysandú, de acuerdo a la información recogida por EL TELEGRAFO.
En nuestro departamento varios aserraderos siguen enfrentando serios problemas de abastecimiento de materia prima, simplemente porque las producciones están en manos de unas pocas empresas y éstas priorizan sus emprendimientos o la exportación para asegurarse los mercados y tratar de mantener rentabilidad procurando los mejores precios.
Recientemente, según se confirmó a nuestro medio periodístico, cerró un gran aserradero ubicado sobre la Ruta 25 --que une Algorta con Young--, en la zona de Menafra, por decisión empresarial debido a los condicionamientos del mercado, y el personal pasó al seguro de desempleo o directamente quedó desvinculado de la empresa.
Mientras tanto, los aserraderos locales no han podido asegurarse el abastecimiento de materia prima, pese a que se han encarado sucesivas gestiones ante las dependencias correspondientes del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y hasta se habló de la inminente redacción de una ley que establecería la obligación de las empresas forestales de destinar un porcentaje --del orden del 5 por ciento-- al abastecimiento de madera para aserrío, pero esta norma no ha sido redactada.
Ello ha sido determinante para que se esté ante un incremento de costos y en una coyuntura de creciente incertidumbre sobre la viabilidad de estos emprendimientos, paradojalmente cuando se está llegando al millón de hectáreas forestadas.
Esto indica que hoy falta madera en el mercado local para los aserraderos y pequeñas empresas, lo que pone en riesgo cientos de empleos de mano de obra calificada, sin que las gestiones hayan dado resultado ante una problemática compleja, vinculada con la estrategia empresarial de priorizar los destinos de la materia prima para mejorar su ecuación económica.
Según la información obtenida por EL TELEGRAFO, una de las explicaciones para esta escasez radica en el aumento de las exportaciones de rolos que antes estaban destinados al mercado interno. Los productores se habrían volcado a estos mercados por los buenos precios que se pagan en el exterior.
Los principales destinos a los que se exportó madera últimamente han sido Vietnam, Portugal y China, pero a la vez se ha registrado y previsto también un aumento de la demanda de la industria de celulosa que llegará a su pico cuando en 2013-2014 esté operativa la planta de Montes del Plata, por una inversión de unos 2.600 millones de dólares. Fuentes ministeriales confirmaron que en este escenario la falta de rolos grandes se debe a un tema de oferta y demanda, porque a los productores les conviene vender fuera del país, y ello repercute en el abastecimiento para los más de 400 aserraderos que existen en el país, pero de los que solo la mitad se mantiene en actividad.
Oferta y demanda
en el mercado
Por lo tanto, el problema radica fundamentalmente en una cuestión de demanda y oferta en base a los precios, desde que los productores forestales buscan la mayor rentabilidad posible, y utilizan lo que más les sirve para su destino, destacándose que actualmente se están cortando bosques jóvenes para celulosa y por lo tanto no hay troncos grandes para aserraderos.
Las proyecciones indican que entre 2014 y 2020 llegarán a la madurez las plantaciones efectuadas para producción de madera para aserrado, contrachapado y madera de ingeniería, pero la posibilidad de que esta madera efectivamente tenga este destino dependerá de los precios que se paguen, porque las empresas orientarán sus ventas hacia donde logren mayor rentabilidad, y en este contexto los aserraderos no estarían en condiciones de competir con lo que se paga por esa misma madera en el exterior, por ahora.
El director de Weyerhauser para América Latina, Álvaro Molinari, explicó a El Observador que “el productor lo que hace es sacar una rentabilidad por la producción y si no están dadas las condiciones, porque el comprador no paga el precio que el productor pretende, especula o puede retener un poco más y dejar que crezca más la madera”. Pero negó que falte madera en el mercado y afirmó que es solo un tema de precios. Sí consideró que hay un problema de costos del producto final.
“Los aumentos de costos en la manufactura para poner valor agregado y exportar no ayudan para nada en la ecuación y no nos permite ser lo competitivos que deberíamos ser. Los incrementos de costos salariales, de los servicios, de los combustibles y el efecto de la tasa de cambio, elementos que están en la ecuación de costos, hacen que sea muy difícil poner a Uruguay en una condición competitiva”, evalúa.
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