Paysandú, Jueves 02 de Febrero de 2012
Locales | 01 Feb Caso insólito si los hay. En 2007, el Club de Pescadores era un caos: apenas 90 personas integraban su magra masa social; el aspecto económico era agobiante al punto que no solo no había dinero para intentar sobrellevar la situación, sino que se mantenían gruesas deudas con los funcionarios y el comercio sanducero.
En 2009, un año más tarde de que asumiera la directiva que por aquel entonces lideraba Andrés Mannise, el río quiso frenar toda intención de revertir la difícil situación. Y hoy, pocos años más tarde y ya con la presidencia de Daniel Lokais, el Club de Pescadores ya no acepta más socios al ver colmada su capacidad. Una historia rara, difícil de creer pero real.
“En 2007 el club estaba mal desde todo punto de vista. Y nos juntamos socios interesados en recuperarlo, formamos una lista única y comenzamos a trabajar; fue todo a pulmón. El presidente electo fue Andrés Mannise, y desde 2008 hasta ahora somos el mismo grupo, aunque va cambiando la cabeza porque así lo indican los estatutos”, explicó Lokais.
El actual presidente recuerda aquellas épocas no muy lejanas: “No había un peso. Los sábados de tarde y los domingos los directivos trabajábamos reparando las chalanas, haciendo limpiezas y empezamos con todo esto”. El camping era un monte de eucaliptus cuyas ramas --más parecidas a troncos por su envergadura-- caían peligrosamente, por lo que primero fue podado y luego talado. No había pasto a su alrededor, solo tierra seca. Pero poco a poco ese espacio ganado terminó transformándose en el mejor camping de Paysandú, por el que transitan en cada Semana de la Cerveza más de 2.000 personas.
“Hubo muchas críticas por la tala de esos eucaliptus pero se recuperó ese espacio. Hicimos además una parte de la guardería de embarcaciones, y al año siguiente ya estábamos en los casi 200 asociados”, aseguró el presidente del club, quien reveló el secreto: “Dijimos que el club debía ser manejado como una empresa”.
La mutación de un club
El club dejó de ser de pescadores para transformarse en un club náutico. Y Lokais así lo entiende. “Es la realidad: el Club de Pescadores se transformó en un club náutico. Porque los socios demandan más servicios, y tuvimos que sumar otro tractor, ampliar la rampa, tomar más personal al punto que pasamos de tener tres personas a hoy contar con ocho. Y estamos justos”, explicó. ¿Cuál es el motivo de esta mutación? “Se fue dando porque la gente se hacía socia para tirar al agua su lanchita. Ya no viene como antes a pescar, más allá de que están a la vista los logros deportivos a nivel de la pesca. Pero, además, creció mucho el parque náutico en Paysandú”, dijo. Hoy por hoy, el club cuenta con unas 80 embarcaciones en forma permanente en su guardería, sin tener en cuenta las que llegan a la institución durante los fines de semana. Y no tiene lugar para albergar a más.
Río y camping
Una cosa lleva a la otra. Y el río llevó a que la institución apostara firmemente a su camping, sin lugar a dudas el mejor de Paysandú. “Hace más de un año fuimos a Concepción del Uruguay para participar del lanzamiento de la hidrovía del río Uruguay, y nos preguntaban qué ofrece Paysandú para la náutica. Y salvo el Yacht Club, que brinda amarras de cortesía, acá no hay más nada. Entonces se decidió limpiar y arreglar el camping, darle iluminación, corriente eléctrica, piletas para lavar la ropa, saneamiento, baños, duchas. Y estamos en la elaboración de folletos y de una página web para que la gente sepa que puede venir y puede tirar la embarcación acá”, explicó Lokais.
Pero en todo momento se asegura que el club pretende dar un buen servicio no solo a los socios, sino también a los visitantes. Es por eso que se ha llegado a contar con hasta 700 campamentos a lo largo de la Semana de la Cerveza, es decir con 2.000 personas que transitaron por el camping. “Es el único camping cerrado de Paysandú, vigilado, con servicios sanitarios y electricidad, con parrillas por todos lados y abierto todo el año. Este verano la Intendencia nos pidió los precios para enviarnos gente, porque en el Plan de la Costa la mandaban al Guyunusa, y así como entraba, salía”, dijo.
“Es posible”
En épocas en la que los clubes sanduceros atraviesan por momentos complicados en lo económico, el Club de Pescadores parece ser una de las pocas excepciones. No solo ha realizado obras, sino que los números en rojo brillan por su ausencia. “Hemos hecho muchas cosas. Los parrilleros grandes como servicio para el socio, y los propios asociados dijeron que había que cobrar alquiler para poder invertir ese dinero. Tenemos un alto costo de mantenimiento, y el cobro de la cuota y la guardería de embarcaciones no alcanza para cubrirlo. Pero está el alquiler de las parrillas, del salón de fiestas que pasa alquilado el 80% de los fines de semana del año, y lo que se recauda del camping en Turismo, que permite invertir en reformas”, explicó el presidente de la institución, quien parece ir contra la corriente al señalar que “hacer crecer al club es posible”.
No más socios
El crecimiento del club ha llevado a que no se acepten más socios por el momento. Es más: existe una lista de espera. El motivo no es otro que el club ha quedado chico y es imposible que pueda albergar a más de los 425 asociados con los que cuenta actualmente. “Desde el año pasado estamos limitando el ingreso, porque un socio no viene solo: trae 30 personas atrás, cuatro vehículos… Y hay que brindarle el servicio que el socio quiere. Hoy tenemos una lista de espera, ya que tenemos de tres a cinco solicitudes por semana. Llega un momento en el que es antipático decir que no tomamos más socios. Pero no se puede porque físicamente estamos limitados ya que el club nos quedó chico. Si lo pensamos por el aspecto económico, que con la cuota cubrimos los gastos y tenemos ganancia para seguir invirtiendo, tenemos que subir la cuota. Y lo que pretendemos es que sea accesible a la gente que hace años es socia. Además, no tenemos problemas económicos”, afirmó Lokais.
El Club de Pescadores tiene hoy socios de todo tipo. Están los que tienen su embarcación y salen a navegar, o disfrutan de las comodidades del camping o los parrilleros. O los que se hicieron socios para tomar mate con tranquilidad todas las mañanas; o esa señora que solo va a leer un libro al sol o bajo la sombra de los árboles del pequeño monte indígena. O la pareja que va a leer EL TELEGRAFO todas las mañanas. También aquel que llegó en la Semana de la Cerveza desde Canelones y se hizo socio, o el que viene desde España una vez al año y tiene su cuota social al día. Pero el pedido de asociarse no cesa. “Este no es un club de élite. Creo que el motivo es que quien se pudo comprar una lanchita va a la playa, y cuando vuelve se encuentra con que le rompieron el vidrio del auto y le robaron todo. Y viene al club porque sabe que tiene todas las comodidades y guardia privada”, opinó Lokais.
OBJETIVO: BAHÍA PROPIA
Muchas son las obras que se han realizado desde 2008 hasta esta parte, pero con la certeza de que se ha transformado en una institución náutica, dentro de los proyectos a futuro que tiene el Club de Pescadores está el de la bahía propia. Esto surgió con más fuerza luego de que la Intendencia donara al club los títulos de propiedad del predio, para lo que también colaboraron los asociados con una sobrecuota para poder sobrellevar los gastos de los trámites.
“El club no tiene posibilidades de hacer algo en la tierra. El borde del río tiene una loza de piedra que es imposible de romper para hacer una bahía. Ya hubo un intento, en el que se gastaron miles de dólares, y el pozo se llenó de mugre, por lo que en 2008 comenzamos a taparlo y nos llevó todo un año de un trabajo gigantesco”, dijo el presidente del club, Daniel Lokais.
“Se ha tirado material unos metros adentro, en el río, para hacer una protección de costa y quedará una bahía, contra el Yacht Club. Se formaría una bahía natural y construyendo marinas y amarras, embarcaciones que vienen por un par de noches podrían quedar aquí. El proyecto está en proceso de elaboración, tanto en papel como en maqueta y en planos 3D. Existía la posibilidad de ayuda del Ministerio de Turismo y Deporte por medio de un convenio para el desarrollo náutico, con una agencia española que incluso llegó a ver todo lo que aquí teníamos, y quedaron encantados. Ahora debemos presentar el proyecto para acceder a ese préstamo no reintegrable”, agregó. Además, los dirigentes tienen pensado, entre otros trabajos, reformar su salón de fiestas mediante un nuevo convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, y aumentar en 150 personas sentadas su capacidad.
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