Paysandú, Miércoles 08 de Febrero de 2012
Deportes | 05 Feb RIVERA (por Santiago Balbis, enviado especial). Lo tuvo ahí. Estuvo muy cerca. Después de un primer tiempo para el olvido, la selección de Paysandú tuvo todo como para quedarse con los tres puntos en juego y sacar una luz importante de cara al tramo final del Torneo del Litoral Norte.
El equipo de Ramón Silvera, que fue una sombra en la primera parte, sorprendido por Rivera, fue protagonista en el complemento, remontó un 0 a 2, y tuvo todo para seguir de largo. Pero terminó resignando, con un hombre de más, tres puntos que hubieran valido oro en la tabla, más allá de que Paysandú sigue líder, aunque ahora compartiendo la vanguardia con su rival de anoche.
La Blanca, esa máquina de toque, potencia y precisión de mitad de cancha hacia arriba que pretende ir aceitando cada vez más el técnico, esta vez no funcionó. Ni por asomo. El equipo sintió demasiado al gran generador de fútbol, al que le aporta frescura al equipo. Es que esta vez se prefirió que Martín Parodi, con sus músculos cansados, saliera a escena en el complemento.
Y Paysandú lo sintió. Porque Patritti no tuvo compañía, porque Caratte se mostró perdido en su rol más allá de la entrega, y porque esa versión que mostró el equipo del primer tiempo se limitó simplemente a abusar demasiado del pelotazo sin ningún sentido.
Para colmo de males, la mitad de la cancha no funcionó como sí lo hizo ante Artigas, y por el sector derecho se dieron demasiadas ventajas, ya que Richard Martínez estuvo atado tanto en defensa como atraque, y si esa primera contención a Leonardo González le fue casi imposible hacer pie en el lateral.
Como contrapartida, Rivera puso todo lo que tenía a disposición. Incluyendo a su estrella, Marcio Galli, que debutó en el torneo y demostró por qué es el compañero ideal del delantero Marcos Ramos. Entre los dos complicaron a Paysandú. Ramos puso arriba a su equipo con un cabezazo forzado que mandó la pelota a rebotar en el travesaño y a besarse con la red cuando transcurrían solo 8 minutos. Y cuando Paysandú intentaba solo con algún remate de media distancia y sí había logrado comenzar a bajarle las revoluciones al rival, una combinación perfecta que incluyó dos devoluciones entre Galli y Ramos, terminó con el segundo gol de Rivera y del moreno.
Paysandú estaba realmente complicado. Pero Silvera comenzó a cambiar la historia desde el banco. Apostó al ataque con Colzada y Parodi, y arriesgó con una línea de tres a la que, cuando el rival tuvo la pelota, se sumó Soria bajando unos metros. Y dio resultado. Porque la sola presencia de Parodi infundió respeto. El volante y Patritti se entendieron a la perfección, el resto del equipo tomó la posta, y Paysandú no solo le quitó la pelota al rival sino que lo lastimó, le generó peligro. Pero no le pudo concretar pese a contar con chances claras.
La visita avisaba, incluso con un tiro libre del “Ñato” que devolvió el horizontal, y tuvo a su favor la tonta expulsión de Galli. Con el rival con 10, y sin su figura, Paysandú siguió con su tónica. Y llegó el descuento, con un golazo de Parodi, que ensayó una tijera perfecta. Y minutos después fue Patritti el que marcó el empate. Estaba para seguir de largo. Tanto, que los relatores radiales locales afirmaban que Paysandú estaba jugando al “monito” con su rival.
Pero ese querer dar vuelta la historia llevó a que, en un pelotazo, Paysandú quedara mal parado y Ramos, en base a amor propio, peleara el balón y se le cometiera un penal que Marcio Camy tradujo en gol. Paysandú perdió el invicto en Rivera y, si bien cayó con un rival que terminó con 10 hombres, tuvo una reacción importante.
Y un error que le costó tan caro, como el haber desperdiciado dos o tres chances que podrían haberle dado al menos un punto como premio.
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