Policiales | 05 Feb La Justicia Penal procesó con prisión al asesino de Carlos María Fraga Riera, de 86 años, quien fuera hallado sin vida el pasado jueves, tras permanecer una semana desaparecido. En la mañana de la víspera se llevó a cabo la reconstrucción del crimen, que permitió aclarar detalles del hecho, aportados por el propio homicida, Carlos Mauricio Peregalli, de 31 años. Paralelamente, vecinos de la zona dijeron a EL TELEGRAFO que pese a que se encontró un culpable, no están “convencidos de que el asesino haya sido uno solo”.
Tal como informáramos, Fraga Riera faltaba de su hogar desde el jueves 28. Tres días después, un vecino de la zona de Calle F y costas de arroyo Sacra dio cuenta del hecho a la Policía, ya que le resultaba extraño no haberlo visto. El octogenario se destacaba en la zona por andar siempre arreando animales, y no verlo en sus actividades diarias llamó poderosamente la atención en su entorno.
Personal de la Seccional Cuarta concurrió a la finca precaria que habitaba el anciano y no lo encontró, en tanto constataron gran desorden en su interior. Efectuadas varias consultas a los centros médicos de la ciudad, pudo saberse que no había ingresado ningún paciente con esa identidad ni con una descripción física similar. Contactado un sobrino, indicó que no tenía mucho trato con su tío y desconocía dónde podría estar. Además, se emitió una solicitud de localización oficial a través de los medios de prensa, pero pese a ello no había novedades sobre el paradero de “don Fraga”, como le llamaban en la zona.
Posteriormente, a la búsqueda se sumó también personal de la Dirección de Investigaciones y de la Dirección de Grupos de Apoyo, quienes junto a sus pares de la Seccional Cuarta realizaron varios rastrillajes en un radio cercano a la finca. Hasta que en la mañana del jueves, próximo a las 7.30, un vecino de la zona del kilómetro 11,500 de la Ruta 90 vio un cuerpo humano flotando en aguas del arroyo Sacra, por lo que avisó a las autoridades. El occiso se encontraba vestido y tenía una lesión visible en su cabeza. Identificado, la víctima resultó ser Carlos María Fraga Riera. El cuerpo estaba a unos 700 metros de distancia de su finca, pero en un área que corresponde a un campo lindero.
Ante la presunción de que pudiera tratarse de un hecho de sangre, la Justicia resolvió que el cuerpo fuera examinado en la morgue por la doctora Rosa López. Se estableció que el cuerpo presentaba severas fracturas en el cráneo, principalmente en su base, así como pérdida de masa encefálica y coágulos como consecuencia de golpes probablemente asestados con un objeto contundente. Ante esta evidencia, la Policía caratuló el caso como homicidio y profundizó las investigaciones.
LA INVESTIGACIÓN DEL CRIMEN
La Policía realizó un nuevo rastrillaje en la zona donde se halló el cadáver. Allí encontraron una camiseta con la inscripción “Nacional” y otros elementos que podrían haber correspondido a el o los asesinos. Asimismo, con la anuencia del juez, se efectuaron sendos allanamientos en fincas de pueblo Porvenir, donde detuvieron a más de una docena de personas. Trasladados a la dirección de Investigaciones se comenzó con la ronda de interrogatorios y el consiguiente “descarte” de sospechosos.
Las indagaciones realizadas dejaron como principal sospechoso a Carlos Mauricio Peregalli, poseedor de numerosos antecedentes penales por hurto y abigeato, quien terminó admitiendo su responsabilidad en el hecho.
El malviviente confirmó que el móvil del homicidio era el hurto de dinero que supuestamente Fraga Riera poseía en su domicilio, y relató cómo perpetró el ataque contra el anciano, a quien luego de darle muerte arrojó a las aguas del arroyo Sacra.
Dijo que el jueves 28 llegó a la casa del anciano simulando estar “buscando un caballo que se había disparado”, entablando de esa manera un diálogo. En determinado momento, estando cerca del arroyo, tomó un trozo de hierro (de unos 30 centímetros de largo) y golpeó en la cabeza a Fraga Riera, arrojándolo luego al agua. Después del salvaje ataque, se dirigió a la finca y hurgó en las pertenencias del mismo. No encontró dinero, pero sí un revólver calibre .32 y una chapa en oro con imagen incrustada en una rastra de plata, que luego vendió a un tercero. Agregó que al volver a su casa, en pueblo Porvenir, se deshizo del arma homicida.
Por su parte, en la mañana de la víspera se llevó a cabo la reconstrucción del hecho, durante la cual fue encontrada la suma de dos mil dólares y siete mil pesos que el dueño de casa tenía oculto en un “violín” de plástico, debajo de la cama.
Finaliza la instancia, el juez de Cuarto Turno, Pablo Dalera, dictaminó el procesamiento con prisión de Carlos Mauricio Peregalli por el delito de homicidio muy especialmente agravado.