Locales | 06 Feb LOS LOCOS DEL CAMISÓN, murga. Primera Rueda Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval. Cronómetro no oficial: 42 minutos. Anfiteatro del Río Uruguay. Viernes 3 de febrero de 2012.
No hay una comunidad de hechiceros, no se aprecia el mundo paralelo de los muggles ni se ve a los Dursley. Tampoco se sabe nada del Colegio Hogwarts y Harry Potter no pasa volando por el escenario, pero los “camisones” se lanzan a la búsqueda de la piedra filosofal cual Harry Potter. El objetivo de la alquimia, la seudociencia de la Europa medieval era precisamente esa piedrecilla. Los alquimistas eran en verdad --con la facilidad de opinión que da la visión del tiempo transcurrido-- algo ingenuos y muy crédulos. Pretendieron transformar el cobre en oro, encontrar una medicina que curara todas las enfermedades y además hallar el elixir de la inmortalidad. Fallaron, pero dejaron un legado claro a la humanidad: las utopías mantienen viva la esperanza.
En escena aparece “Flamelo”, que alude a Nicholas Flamel, alquimista parisino además de reputado hombre de letras del siglo XIV. El otro personaje, Edward, alude a Edward Elric, personaje de “Fullmetal Alchemist”, el alquimista de Amestris, empecinado en la creación de homúnculos, seres parecidos a los humanos, pero creados por alquimistas.
Es a través de esos dos personajes que la murga expone su visión 2012 en el cuplé central, con una letra inspirada y una propuesta interesante, en la medida que elude los argumentos simplones de contraste entre buenos (generalmente la murga) y malos (generalmente el gobierno, especialmente el departamental).
Para los “camisones”, “el mundo está parado en el precipicio”. Pero la murga está allí, firme, de pie, aún “si es necesario morir cantando”, según sostienen en su presentación.
En el salpicón suplican que eliminen el segundo premio del concurso, así por lo menos sacan el tercero, porque cansados están de ser “vice”. Caen los inspectores de tránsito lo mismo que el director de Turismo, en estrofas llenas de humor.
Hay una mordaz crítica a los sindicatos en lucha --“sindicato pitucón”, dicen de AEBU--, y declaran sin pudor que “la risa es la panacea”, con la música de “Los estudiantes”, de Pipo Cipolatti. La retirada concluye que “vivir es alquimia” y que el año que viene tendrá “la misma murga en la sangre”. Tiene un coro muy bueno y balanceado en las voces, que divide varias veces cantando en escalas, pasando a la mayor y así de nuevo, precisamente para hacer valer las voces claras y bien en tono. Usa un excelente vestuario, funcional, ya saco camisón, ya camisón, que además deja de lado para cambiarlo completamente con trajes estilo mandarín. En una parte además, cuando los homúnculos u hombrecillos, usan una mochila en la espalda con forma de muñecos. En suma una propuesta interesante y atractiva, que escapa a lo que habitualmente son las letras de murga, que divierte y entretiene y que permite gozar de un coro bien plantado. Quizás no puedan convertir el cobre en oro ni encontrar como vivir para siempre. Pero sí combinan los elementos con sabiduría para lograr una buena murga. Y eso, eso también es alquimia.
E.J.S.