Opinion | 11 Feb Las aclaraciones que divulgó el Directorio de Antel respecto al sonado caso del aporte de más de doscientos mil dólares de la empresa estatal para financiar la actuación del dúo Los Olimareños, en adhesión a la celebración de los cien años de Atlántida ha dejado un margen de dudas tan amplio como el que había generado esta revelación, por cuanto hay todavía una serie de elementos que llevan a la reflexión.
Por un lado, corresponde legítimamente preguntar a los uruguayos si consideran que es pertinente volcar doscientos mil dólares en este tipo de espectáculos, aunque se diga que se pretende fomentar la cultura nacional, cuando estamos hablando de adhesiones de carácter selectivo tanto en lo que refiere a los artistas que se eligen como a los eventos en sí, por cuanto así como se festeja de esta forma el centenario de ese balneario, hay decenas de ciudades y localidades a lo ancho y largo del Interior que celebran fechas similares y que no han contado con tan extraordinario apoyo.
Por otro lado, de esos 200.000 dólares el grupo que actuó --el principal motivo de atracción, por ende-- solo cobró el diez por ciento de esa suma, por lo que para “ponerlos en escena” se gastó nada menos 180.000 dólares. Hasta el más desprevenido encuentra esta suma bastante disparatada, por más que en el desglose, cada detalle sólo parece extremadamente caro. Al fin y al cabo, de ser ciertos estos números debemos entender que nuestra Semana de la Cerveza es –y siempre ha sido— ridículamente barata en comparación.
En suma, todo parece indicar que se ha actuado más bien en forma displicente en cuanto al manejo de los dineros públicos, muy lejos de la “austeridad” que había recomendado en su momento a sus colaboradores el presidente José Mujica, lo que además contrasta con lo gravoso de las facturas que suelen recibir los usuarios por el servicio.