Paysandú, Jueves 16 de Febrero de 2012
Opinion | 09 Feb El programa Verano Educativo finaliza el próximo lunes, tras desarrollarse en seis escuelas de la ciudad y dos del interior departamental, con la participación de aproximadamente mil niños. Se trata de una instancia educativa un tanto diferente a las habituales durante el ciclo lectivo, ya que la idea es aprender jugando y mejorar la inserción de los niños en el año que cursarán.
“Verano Educativo” sustituyó al programa similar desarrollado en la década de los ‘90 denominado Verano Solidario, que tenía como finalidad proporcionar contención, esparcimiento y alimentación a los niños durante un importante trayecto de las vacaciones. En 2007 fue reformulado, cuando se agregó al plan alimentario jornadas de recreación y apoyo para un mejor rendimiento escolar.
Desde entonces, cada año después de Reyes comienza a funcionar, y según las autoridades y técnicos las evaluaciones y resultados son positivos. En este sentido se informó que ha quedado demostrado que la mitad de los niños participantes ha tenido mejores calificaciones y rendimiento tras su asistencia a los programas veraniegos.
Son 254 las escuelas del país en las que se desarrolla el programa en horario matutino, funcionando con un director y dos maestros, además de un profesor de actividades recreativas, y personal adecuado para elaborar la alimentación de los escolares, ya que reciben desayuno y almuerzo.
La propuesta de juegos, dinámicas grupales, entretenimientos didácticos y paseo atrae a los niños, que durante las vacaciones vivencian la escuela de otra manera, con el agregado que generalmente las escuelas participantes pertenecen a zonas económicamente más deprimidas, por lo que es altamente probable que muchos de ellos no tuvieran otra opción de recreación y esparcimiento fuera de sus casas si esta propuesta no existiera.
Paralelamente, 127 escuelas de las antes mencionadas desarrollan un programa de aceleración de aprendizajes, destinado a trabajar especialmente con alumnos que por distintos motivos presentaron dificultades en su rendimiento durante el año lectivo anterior. Según las evaluaciones, esto ha permitido que niños que repitieron o no rindieron adecuadamente en el período anterior reciben una atención especial para mejorar la capacidad de lectura y escritura. Por otra parte, en casos en que el educando demuestre su mejora se podrá aplicar la “promoción extraordinaria” en marzo.
Cuando un programa de este tipo sobrevive tanto tiempo y varios gobiernos, puede ser considerado parte de una política de Estado. En este sentido, congratula saber que se trata algo que beneficia directamente a nuestra infancia.
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