Deportes | 13 Feb El rendimiento de la selección mayor de Paysandú ante Tacuarembó fue lo que quedó en la memoria y, por lo tanto, terminó opacando y minimizando lo más importante: se ganó y, como hace demasiado tiempo, se está a un paso de lograr el título del Litoral Norte.
La Blanca no rindió lo esperado. Es verdad que fue superior en el primer tiempo, que fue más que su rival y que manejó esos primeros 45 minutos sin problemas. Es cierto que logró un 2 a 0 contundente para irse al descanso, y que todo pintaba para seguir de largo y liquidar el partido con tranquilidad.
Pero ese resultado terminó por jugarle una mala pasada. Paysandú tuvo algunas ocasiones como para liquidar a su rival en los primeros minutos del complemento, pero con el paso de los minutos terminó diluyéndose, cayendo en el nerviosismo que tendría que haber tenido solo el rival, que perdía en forma clara y tenía dos hombres de menos en la cancha.
Con nueve jugadores, Tacuarembó se jugó la ropa. Y Paysandú fue entrando en el partido del rival, desesperándose y retrocediendo demasiado. La Blanca no pudo repetir lo bueno de la primera parte, más allá de que de contragolpe también tuvo sus chances como para alejar los fantasmas que inundaban el estadio cada vez que Tacuarembó enviaba la pelota al área sanducera. Y, como viene sucediendo, Paysandú sigue perdonándole la vida a sus rivales.
Esta vez no apareció ese fútbol vertiginoso, de toque rápido que pretende y puede brindar esta selección. Parodi --que realizó un gran desgaste-- jugó ofuscado, no tuvo un buen partido y el equipo lo sintió en demasía. Patritti, otro de los puntales del equipo, se fue quedando sin su habitual explosión, y fue demasiado el hándicap que dio la selección sanducera.
La mitad de la cancha quedó desprotegida por momentos y, en el fondo, se tuvo algunas desatenciones que provocó que no se transmitiera seguridad en ese complemento que fue infartante para el hincha.
Paysandú, que tiene un potencial enorme, no podrá confiarse. Tiene que seguir trabajando, afinando el funcionamiento y corrigiendo aspectos que serán fundamentales no solo pensando en lo que será una finalísima ante Artigas el próximo sábado, sino también de cara a la posibilidad latente de seguir de largo en la Copa Nacional.
Porque, en partidos de ida y vuelta, y ante rivales que puedan exigir a la selección, no podrá darse el lujo de cometer errores. Y menos todavía de perdonarle la vida al que tenga enfrente, porque puede pagarse muy caro. STB