Locales | 11 Feb GIPSY. Revista. Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval. Primera Ronda. Cronómetro oficial: 56.42. Anfiteatro del Río Uruguay. Lunes 6 de febrero 2012.
La juventud se apodera del escenario con esta revista, más allá de las presencias reconocibles de Teresita Godoy y de Miguel Presentado, con todo su ímpetu y las ganas de poner nuevamente en el carnaval sanducero esta categoría que no logra introducirse completamente en el gusto popular.
Este es un grupo-semillero, que si continúan trabajando juntos seguramente llegará lejos, pero que en la actualidad desnuda su inexperiencia y sus falencias escénicas. No obstante el ser un elenco bisoño, hay una clara intención de brindar un buen espectáculo, y eso es lo que eleva al grupo y al propio espectáculo. Hay muy buena y variada musicalidad, desde lo electrónico estilo David Guetta hasta los pop románticos de Camila, pasando por Barry White y Joe Cocker. Hay un gran despliegue de vestuario y hay un texto con contenido social, como ocurre desde hace años en este género que nació en el carnaval uruguayo como reflejo de las revistas porteñas. La historia que se presenta es “La última esperanza” y con sapiencia el grupo coloca solamente dos personajes en escena, precisamente por eso de la falta de experiencia. Es la historia que contrasta la inocencia con la experiencia que da el vivir. Salpicado con chistes cortos y efectivos, la historia progresa mientras la inocencia comienza a caminar y la experiencia trata de cobijarla. Los dos, en realidad, quieren “cambiar el mundo para ser humanos”.
El cuerpo de baile, numeroso, no cumple una labor eficaz pues las fallas se hacen demasiado evidentes. Hay, como se sabe, un buen coreógrafo detrás del grupo, pero indudablemente deberá trabajar desde la enseñanza para que seguramente en el próximo carnaval, se muestre más afiatado, con más confianza y con menos desajustes.
Algo similar ocurre con los cantantes, que más allá de Teresita Godoy muestran también imperfecciones que el tiempo se encargará de corregir, toda vez que vaya acompañado por tesón y ensayo.
El espectáculo no desagrada, está lleno de buenas intenciones y de entrega.
El final es realmente de revista, el saludo clásico desde la escalera. “Quisiera seguir junto a ti, detener el tiempo, que se vuelva eterno”, sostiene el cuadro final. Los gitanos brindan un debut carnavalero que más allá de errores, se sostiene por las ganas de un elenco que está en el camino, pero que al mismo tiempo disfruta y se divierte. De eso, precisamente, se trata el carnaval. E.J.S.