Nacionales | 13 Feb La misión a China, encabezada por Roberto Kreimerman, viajaba en el avión de TAM en las que el piloto sufrió una agresión y vivió momentos de tensión, según relató el director de Energía, Ramón Méndez.
“Se dio una situación de las más bizarras y complejas que me ha tocado vivir. El avión dio una inclinación de unos 40, 50 grados hacia un costado e inmediatamente después se escucharon unos gritos desde la cabina, se abrió la puerta y se vieron forcejeos entre el piloto, copiloto y azafatas tratando de sacar a una persona”, dijo Méndez.
“Por lo que pudimos reconstruir hablando es que estaba ahí adentro y de pronto atacó al piloto diciendo que iba a tirar abajo el avión y cuando salió lo hizo en estado de pánico”, dijo.
“La gente no se enloqueció, respondió de una manera colectiva y se redujo a la persona obviamente usando la fuerza. La persona se resistió, lastimó a mucha gente, mordió a varias personas, le dejó las marcas a varios pasajeros y finalmente fue reducido, fue atado con unas cintas que había allí con otros fines hasta que unos minutos después se pasaba por Porto Alegre y el piloto resolvió bajar para entregarlo a las autoridades”, prosiguió Méndez. En cuanto a si en algún momento esgrimió cuál era el motivo por el cual quería estrellar el avión Méndez expresó: “Evidentemente una persona con una fuerte enfermedad mental. Es una persona bipolar que pasaba de un instante a otro y terminó diciendo: ‘qué va a decir mi mamá cuando se entere’. Estarán grabadas las conversaciones de la cabina y me imagino que TAM hará las explicaciones de qué hacía esa persona adentro de la cabina”.
Acerca de lo que sintió en ese momento a raíz de la situación que estaba viviendo dijo: “Realmente un fenómeno humano relativamente fuerte donde se involucró prácticamente la totalidad de los que estábamos arriba del avión, sean tripulantes o pasajeros para tratar de resolver una situación completamente inesperada y conscientes todos de la fragilidad que uno está ahí arriba. Cómo un ser humano que se desvía de lo que tiene que hacer, y si no se respetan los protocolos de seguridad mínimo cómo se puede transformar en una catástrofe de la nada”.