Opinion | 19 Feb Abundantemente hemos informado sobre los hechos registrados que culminaron con el cambio de titular de la Dirección de Turismo de la Intendencia Departamental de Paysandú. La medida, enmarcada claramente en las potestades del Intendente, no amerita consideraciones en la medida que se trata de un cargo de confianza y como tal de absoluta dependencia del criterio de la máxima autoridad ejecutiva departamental.
Oportunamente el Intendente Bentos estableció que el “turismo es crucial” en las perspectivas de desarrollo de la economía sanducera. A su vez, en el acto realizado para la asunción del nuevo director, señor Andrés Mannise, manifestó “la política de desarrollo turístico en la que ha cifrado expectativas muy ciertas esta Administración, y que está jugando un rol realmente preponderante en la economía, no solamente de la capital de nuestro departamento sino en el resto del mismo”. “Es realmente importante poner énfasis en desarrollar políticas ahora apuntando a nuevas figuras que aparecen en el concierto político y de gobierno en los distintos departamentos”, acotó y recordó la reunión que mantuvo en Tacuarembó con los demás intendentes del norte, con quienes se está “potenciando la regionalización en el marco de una nueva estructura que tiene que desarrollar el gobierno nacional en todo el país, y en ese sentido una de las importantes actividades que despliegan estas intendencias es el turismo”.
Por su parte, el flamante titular de la Dirección Municipal estableció: “Soy un convencido de que Paysandú necesita un desarrollo importante en turismo y soy una persona a la cual le gustan los desafíos”. Dijo además que “el desarrollo y la gestión en turismo me lo propongo como un desafío para el cual voy a poner lo mejor de mí para hacer una buena gestión y poder desarrollar algo tan importante para Paysandú. Y poder devolverle a la gente esa esperanza que tiene en un ingreso y una fuente genuina y directa de recursos que le hace bien a nuestro departamento”.
Efectivamente pues, debemos sentirnos esperanzados en la medida que la intenciones son positivas y, esperemos, muy ambiciosas, pues sabemos que Paysandú es un departamento emprendedor y en potencial turístico tiene posibilidades realmente trascendentes. Para utilizar términos de promoción, digamos que ofrece “verdaderas maravillas” tanto en sus características naturales como en su historia y hasta su ubicación. Por todo esto, resulta imposible hacer una relación completa de las posibilidades reales pero procuremos abordar sintéticamente los grandes aspectos.
En las fuentes termales, “estrellas del turismo” es a todas luces imprescindible continuar y fundamentalmente profundizar el empuje hacia los emprendimientos privados que doten a esos centros de mayores atractivos tanto en servicios como en atracciones. Por otra parte, la posibilidad de captar parte de la corriente turística argentina que viaja a esta zona está latente y directamente o como complemento de la ciudad de Colón deberíamos recibir muchos más visitantes en nuestras hermosas costas del Río Uruguay. Claro que para que ello ocurra deberíamos revisar nuestro ofrecimiento, porque por ejemplo vemos que una de las más importantes playas ciudadanas no cuenta ni siquiera con una canilla que suministre agua potable y por supuesto que no hay servicios higiénicos, ni aunque sea un “mostrador” que ofrezca bebidas refrescantes. Y no podemos olvidarnos que dentro de este objetivo es imprescindible solucionar el “problema del puente” porque nadie va a hacer cola por tres horas para pasar “un rato” en las playas de Paysandú.
Pero, por otra parte, existen planteos de sumo interés como la posibilidad de establecer un “crucero” desde la bahía del Yacht Club Paysandú hasta la Meseta de Artigas con la opción de levantar en aquel lugar, conceptuado como de los más bonitos del Río Uruguay, algunas cabañas de primera categoría destinadas a turismo de alto nivel económico.
En esta columna hemos abundado últimamente en posibilidades para fomentar el turismo temático por lo que resulta innecesario enumerarlas en esta oportunidad; baste consignar que son muchas y muy valiosas.
A la vez aparecen en estos momentos tres elementos en vías de concreción que resultan a todas luces de una trascendencia muy especial.
Por un lado, el aeropuerto sanducero próximamente podría ser además de usufructo binacional argentino-uruguayo con las consiguientes ventajas para la llegada de visitantes.
Mientras tanto, se trabaja ya en la restauración y rehabilitación del Teatro Florencio Sánchez y es objetivo de las autoridades y la comisión de amigos que trabajan en ese sentido que se transforme en un importante polo cultural para la región, habida cuenta de que en el litoral argentino cercano no existe una sala de las características del coliseo sanducero.
También, y finalmente, los orientales estamos a punto de recuperar las tierras donde estuviera asentada la “Capital de los Pueblos Libres”. Las autoridades cumplen las últimas etapas de la necesaria expropiación del predio mientras que se estudia ya por parte de una comisión representativa las opciones y proyectos ha encarar para desarrollar el “Gran Parque Nacional de Purificación” lo que será, sin dudas, un enorme polo de atracción para orientales y extranjeros.
En suma, las posibilidades son enormes, sólo necesitamos dedicarles mucho ingenio y, sobre todo, trabajo, mucho esfuerzo y dedicación.