Paysandú, Jueves 23 de Febrero de 2012
Rurales | 22 Feb A pocos días de entregar la vivienda número 25.000 de Mevir (Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural), su presidente, arquitecto Francisco Beltrame, destacó la dificultad de conseguir tierras aptas para la construcción de núcleos habitacionales, y los precios que hay en el mercado, que catalogó de “desmesurados”.
“Hemos investigado sobre el costo de tierras, había alguna que tenía el precio un poco alto --que podríamos pagarlo-- pero luego aparecieron otras demandas adicionales que hubieran llevado el precio muy alto, era como ponerle todo un alambrado olímpico”, ejemplificó. “Como nosotros ejecutamos fondos públicos, hay un nivel de racionalidad que marca hasta dónde se puede ir. El costo de la tierra casi que se podía abordar, pero las demandas subsiguientes eran demasiadas y no pudimos aceptarlos”, dijo sin entrar en detalles. Estimó que esas demandas elevaban el precio en al menos un 60 por ciento, de 10.000 dólares la hectárea a unos 16.000 dólares.
Podrían expropiarse tierras
Culminada la entrega de las 68 viviendas y las unidades productivas de Guichón, enmarcadas en el plan III, ya se está pensando en cómo será el programa Guichón IV. El problema que hay, según Beltrame, es la falta de tierras a precios que “sean racionales”.
“Lo hablamos con el intendente (Bertil) Bentos, los diputados y algún director municipal. Está el instrumento de la expropiación que se puede usar para volcar tierra urbana que posibilite la construcción. Las posibilidades de contar con tierras están, pero hablamos de algunos mecanismos a usar, hablamos de ciertas tierras por las que se pretenden precios que son desmesurados desde el punto de vista del costo del suelo para hacer urbanizaciones. Manejamos la posibilidad del uso de la expropiación, que Mevir no puede manejar pero sí lo pueden hacer las intendencias --y ya lo hemos hecho-- aunque no es un camino rápido y lineal. Eso trasciende (el período de) las administraciones y eso posibilita que administraciones posteriores se desarrollen”, dijo Beltrame.
Puso como ejemplo lo que pasó en Cerro Largo, en la localidad de Cañas, donde “tenemos un programa a partir de una expropiación que había solicitado Mevir a la Intendencia en el año 2002 cuando Barreiro era intendente. Él llevó adelante la expropiación, que se concretó recién en 2008, luego se generaron dificultades por la Ley de Ordenamiento Territorial pero eso ya está subsanado. El hecho es plantearse metas, objetivos que trasciendan lo que es de urgencia, pensando en el desarrollo de cada una de las poblaciones”.
En el caso de expropiación, “los valores los fija la Dirección Nacional de Catastro, que es el fiel de la balanza para las intendencias porque fija el tope que se puede pagar, y también para el propietario, porque sus aspiraciones pueden ser más amplias”.
Unidades productivas
para quebracho
Respecto a la posibilidad de concretar Guichón IV de conseguirse tierras, dijo: “Ahora están abiertas las posibilidades, pero teniendo claro que debemos abordar también otra serie de localidades que tenemos en carpeta”.
Por ejemplo, “lo más inminente en concreción será el programa de Constancia, en un predio del Ministerio del Interior que estamos esperando las directrices para comprarlo; estamos con dos programas de unidades productivas adjuntas a este núcleo, en la colonia Juan Gutiérrez, y también unidades productivas en los alrededores de Quebracho”, añadió.
En este sentido, detalló que se trata de “Santa Kilda, Arroyo Malo, una amplia zona que hace tiempo que estaba requiriendo” la presencia de Mevir. “Hace dos años hicimos una gira y había expectativa también por algún núcleo de viviendas, pero los planes de ordenamiento hacían imprescindible atender las unidades productivas y dejar abiertos emprendimientos futuros”, recordó.
PiñERA y beisso
Detalló que también se reunió con los vecinos de Piñera y Beisso, al este del departamento, donde se analizó “el ofrecimiento que había de tierras y las dificultades que se presentan para concretar”.
“Pero eso está en carpeta, como el caso de Quebracho que nos preocupa porque es una localidad que está creciendo y tiene una fuerte necesidad de vivienda.
También hablamos con vecinos de Lorenzo Geyres, un plan que nos gustaría hacerlo en conjunto con Quebracho para no hacer un traslado artificial de población”, añadió.
Explicó esto en cuanto “a veces hay gente que se anota para una vivienda pensando que le soluciona la vida, pero después se complica y complica a todos en lo que hace a la administración de esa vivienda, porque queda abandonada, se van a otro lado, y comienzan los problemas de morosidad por no uso”.
Hizo una mención especial “a un lugar que el departamento no lo siente mucho como suyo muy fuertemente, como es Piedra Sola, al borde de Tacuarembó. Allí estamos iniciando una ampliación del núcleo (de viviendas) existente, en una zona estratégica que tiene que ver con el desarrollo de vías, y donde Piedra Sola será un eje importante de la reestructuración de las líneas férreas”.
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