Opinion | 18 Feb De acuerdo a los datos que manejan el Ministerio de Economía y Finanzas y el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) la pobreza cayó de 18,6% a 14% en el último año en nuestro país, lo que significa que hay 149.086 personas que dejaron de ser pobres respecto a 2010.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) todavía no divulgó el índice de pobreza correspondiente a 2011, pero de acuerdo a los ministerios mencionados este 14 por ciento representa una baja de 4,6% respecto a 2010. Si se toman como referencia los datos disponibles en la página del INE para la construcción de los índices, en 2010 eran 602.826 las personas que se situaban debajo de la línea de pobreza y en la actualidad quedan 453.740.
Estos números tomados en forma aislada aparecen sin dudas como un elemento sumamente positivo en un país que ha transitado por crisis tan profundas como las de 2002, pero debe tenerse presente que guarismos similares se daban en el Uruguay de principios de los noventa, por lo que en el largo plazo la mejora en sí no existe, sino que se están retomando escenarios previos a la crisis más profunda de los últimos cincuenta años.
Para el partido de gobierno este descenso de la pobreza comprueba que las políticas sociales llevadas adelante durante los gobiernos de Tabaré Vázquez y José Mujica son exitosas, y así lo manifestó a Últimas Noticias el diputado socialista Gustavo Bernini, quien dijo que este dato debe leerse con “grandeza” porque no responde a acciones de “clientelismo político”, sino a las políticas decididas por el gobierno.
Nos permitimos discrepar con el legislador, simplemente porque no se trata de juicios de grandeza o mezquinos, sino de evaluar la realidad sin teñirla de subjetivismo o pasión política. Y a fuer de sinceros, estas mediciones que realizan los citados institutos responden a una medición que registra ingresos del momento, es decir coyunturales y que en gran medida registran asistencia del Estado como las tarjetas del Mides y otros beneficios que en los papeles sacan del índice de pobreza a muchas personas.
Pero estos beneficiarios retomarán de un día para el otro la situación que tenían una vez dejen de percibir los dineros que les transfiere toda la sociedad como subsidio, si es que no se pretende seguir asistiéndoles de por siempre. El punto no es por lo tanto los números de ahora ni de hace un años, sino qué grado de sustentabilidad tiene el abatimiento de los índices de pobreza, que se logra a través del trabajo digno, la educación y la evolución en valores.