Rurales | 23 Feb Las precipitaciones de comienzo de la semana han permitido a los productores lograr de mejor manera una recuperación de las pasturas y el estado de las haciendas en el departamento de Paysandú y la región, al tiempo que las plantaciones de soja mejoraron luego de las primeras lluvias de febrero, aunque el rendimiento no será el esperado debido a la falta de agua en momentos clave durante diciembre y enero.
Desde los 24 milímetros en ciudad hasta los 60 en Tambores, las lluvias fueron regulares en todo el departamento. De acuerdo a datos aportados a EL TELEGRAFO por Jefatura de Policía de Paysandú, el mayor registro fue en Tambores con 60, El Eucalipto 55, Guichón 54, Chapicuy 52, La Coronilla 43, Quebracho 40, Pueblo Porvenir 27, Piedras Coloradas 26 y ciudad 13 milímetros.
“En los 23 días que llevamos de febrero la situación se ha revertido totalmente en todos los aspectos”, precisó el ingeniero agrónomo Rómulo César, técnico para el departamento de Paysandú del Instituto Plan Agropecuario (IPA). “El promedio para el mes es de registros cercanos a los 300 milímetros, generando un cambio sustancial en la situación del agro”, señaló. Antes de fines de enero “explicaba el delicado panorama con las aguadas naturales y las reservas, y hoy el cambio es de un 100 por ciento, con arroyos y cañadas llenas, incluso con algunos desbordes y los tajamares completaron su caudal”.
Sobre el estado del ganado, sostuvo que antes de las lluvias “no habían sentido el impacto del déficit hídrico, porque a excepción de algunos campos que puntualmente tenían problemas de comida, en general las pasturas estaban bien”. Entiende que hoy se ve, “producto de la rápida respuesta de las pasturas, que mejoró en calidad y cantidad, y que se refleje en los animales cuando se está culminando el período de entore, el ganado se está preñando bien”.
César sostuvo que el manejo del rodeo de cría será importante de aquí en más: “Conocer el resultado del entore será trascendente, porque seguramente tendrá dos instancias bastante clara”.
“El inicio de la época de entore fue con buenos celos, y seguramente otro pico será después de las lluvias”. Con el diagnóstico de gestación se podrá saber qué sucedió con esa vaca y a partir de ahí la toma de decisiones de la asignación de forraje disponible en los predios”.
“Sabemos que los requerimientos nutricionales y el manejo de los vientres que están preñados de los fallados es bien distinto”. Sostuvo que “habrá que aprovechar la respuesta de forraje que existe actualmente y cómo se puede ir definiendo para las próximas estaciones”.
pasturas
“Si miramos las tasas de crecimiento de las pasturas hacia atrás, tanto en el invierno como en la primavera en el basalto, eran similares al promedio de los últimos 10 años”, explicó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira, técnico del Plan Agropecuario.
“En diciembre se registró una disminución, que a nivel de promedio del basalto fue de 13 a 14 por ciento por y a nivel de establecimientos, algunos bajaron hasta un 30 a 35 por ciento la tasa de crecimiento y otros la mantuvieron de acuerdo al promedio de los últimos 10 años. Esto significa que las lluvias en algunos lugares fueron buenas y en otras prácticamente no se dieron”, indicó el profesional sanducero.
Señaló que en enero “se apreció una sensible disminución en la producción, pero ahora en febrero, después de la lluvia, está apreciándose un rebrote excepcional de las pasturas por la humedad y luminosidad”.
La disponibilidad de pasto en el basalto es aceptable y de excelente calidad. “En basalto medios a profundos la altura del pasto --dependiendo de la carga que se utilice--, es de 4 a 6 centímetros de pasto, que es correcta para que el ganado comience a ganar peso”, acotó.
medidas
Teniendo en cuenta que el otoño comienza a partir del 21 de marzo, “habría que comenzar a tomar medidas pensando en el invierno”, manifestó Pereira.
“Eso se llama trasladar pasto en pie, sobre todo en establecimientos ganaderos, en donde hay que hacer una planificación y preparación de potreros para juntar pasto fresco de buena calidad, para usarlo en los meses que más se necesitan, que son junio, julio y agosto, cuando las pasturas crecen muy poco o prácticamente nada”, dijo.