Locales | 24 Feb En la primera sesión del año de la Junta Departamental estuvo el problema de las roturas de caños y la pérdida de muchos metros cúbicos de agua, situación que se da en diferentes zonas de la ciudad y que su reparación suele demorar varios días o semanas. El edil nacionalista Rubens Francolino tituló su inquietud, precisamente: “Agua que no has de beber...”.
Afirmó que “ninguna zona de Paysandú parece escapar a las pérdidas de las viejas cañerías de agua del ente que, no solo contradice sus propias recomendaciones de ahorrar el líquido y valioso elemento, sino que también ocasiona un importante deterioro a la calles”.
Los vecinos de las distintas zonas de la ciudad son quienes pagan las consecuencias. “Frente a sus casas se multiplican pozos que acumulan suciedades de todo tipo y constituyen una verdadera ‘usina’ de mosquitos. Demás está decir que para este caso resultan estériles y sin sentido, todas las previsiones que se toman en el domicilio para combatir el mosquito trasmisor del dengue”, dijo el edil. Sobre la respuesta del organismo ante los llamados de los afectados por las roturas, aseguró que hay “impotencia entre los vecinos”, que “varias veces deben insistir ante OSE para que vengan a solucionar esas roturas que consumen tiempo”. Mientras que sobre la durabilidad de los arreglos, Francolino sostuvo que “los remiendos duran poco y nada, a las pocas semanas la historia vuelve a repetirse y con ella un nuevo (y largo) peregrinaje ante las distintas dependencias de la OSE”.
Para su envase
El edil también se refirió a las escasas posibilidades de preservación, con cañerías en las actuales condiciones, para una eventual venta a quienes tengan extrema necesidad del agua potable. “En ocasión de aquel sonado ‘plebiscito del agua’ cuando sus fanáticos guardianes nos aconsejaban preservarla (de la privatización del servicio) por el extremo de que no se podría envasar para venderla a los países que pudieran comprárnosla. Ahora cabría preguntarse dónde están o qué se hicieron (esos ‘guardianes’), por qué enmudecen aquellos que pintarrajeaban paredes en defensa del agua”, dijo.
Recordando que “durante meses prácticamente paralizaron al país con el tema de un plebiscito con avasallante publicidad” y sobre todo censurando que “hoy cuando ‘revientan’ las vetustas cañerías de OSE que el Estado no ha podido reponer por sí solo, nos limitamos a querer conocer las soluciones que proyecta el organismo y, consecuentemente, el gobierno nacional. Porque se trata de onerosos reproches de pérdidas de agua que pagamos todos los uruguayos y hasta con el absurdo e insensible sistema, a través del cual si gastamos 6 metros cúbicos tenemos que pagar 10 y si nos pasamos una gota de esos 10 tenemos que pagar 15”. Dado que entiende que OSE “debe o puede tener los recursos para rectificar esta situación”, solicitó que sus palabras pasen al directorio de ese organismo público, al presidente de la República y a las demás juntas departamentales del país.