Paysandú, Viernes 02 de Marzo de 2012
Rurales | 24 Feb En el negocio ovino los productores analizan las diferentes variantes, metodologías de manejo y, fundamentalmente, encaran con marcado optimismo cada zafra de comercialización de carneros y su posterior encarnerada. Es el caso de Gustavo Dalmás, reconocido cabañero de la raza Corriedale, quien entiende que para la rentabilidad del negocio “es preferible señalar un 100 por ciento en esta raza, que bajar micras de los carneros”.
“Nos han tocado años difíciles de seca, pero la oveja se aclimata muy bien”, precisó a EL TELEGRAFO el principal de cabaña “Villa Resolana”, quien junto a su familia no descuida la calidad de su plantel. “Los borregos y carneros llegan muy lindos al momento de la encarnerada, tanto en los aspectos sanitarios y de patas”, reflexionó, apuntando que “en el caso de la corderada este año está mejor”, haciendo clara alusión al factor climático y su casi nula incidencia en el ovino.
En el establecimiento de la zona de Arroyo Negro, se busca mejorar la genética, procurando mejor peso corporal y de vellón y “lo normal dentro de la finura del Corriedale, con ejemplares de 28 a 29 micras en animales de exposición”, manifestó Dalmás. Precisamente, la cabaña sanducera participa permanentemente en las exposiciones de reproductores que se realizan en todo el país, obteniendo varios grandes premios, incluso dos grandes campeones en la Expo Prado, en sus casi 20 años de existencia.
El productor sanducero sostuvo que “antes de ingresar un carnero fino-fino en una majada comercial hay varios pasos a seguir. En campos duros en donde primero hay que hacer pasturas o clasificar mejor la majada, se debe encarnerar con ovejas en muy buen estado”. Entiende que “no se justifica bajar micras cuando se baja peso de vellón. Si uno va a los números de pruebas de progenie, se puede lograr con carneros finos no perder peso de vellón, pero con carneros que están en 30 a 31 micras de campo, he sacado el mismo precio en el negocio que aquellos que están procurando afinar”. En el Corriedale para bajar “tenés que llegar a 24 o 25 micras, y eso es prácticamente imposible”.
“A mí me sirve más señalar alrededor de 98 a 100 por ciento, y en algunos casos un poco más, sin muchos lujos, pero siempre con el cariño que uno le tiene a la oveja”. La señalada “es mucho más importante en el Corriedale que apostar a mejorar la finura. Por un cordero pesado que vale, si se puede sacar dos y alimentarlos bien, la entrada será mejor que por dos o tres micras que se baje”, añadió. Sostuvo que comenzó nuevamente a encarnerar las corderas diente de leche. “Con algo de comida se puede hacer bien, encarnerando en febrero y con los vientres pesando entre 38 y 40 kilos”, explicó.
Manifestó que los carneros de “Villa Resolana” han sido comercializados en estos últimos años a Brasil, además de departamentos como Rivera, Artigas, Salto, Paysandú, Tacuarembó, Durazno y Río Negro. “En varios casos yo mismo me he encargado de llevarlos a los productores que necesitan, facilitándoles el tema del flete”, dijo Dalmás. Actualmente cuenta con más de medio centenar de borregos para la colocación, “todos parejos en su calidad, con datos de peso vellón, finura y sanidad completa”.
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