Paysandú, Lunes 05 de Marzo de 2012
Opinion | 02 Mar El martes se cerró el plazo de presentación de ofertas para los catorce emprendimientos que habían quedado afuera de la segunda licitación para parques eólicos convocada por UTE, y de acuerdo a lo informado por el director del organismo, Gerardo Rey, las autoridades del ente lograron en esta instancia el objetivo de dejar sentadas las bases para alcanzar los mil megavatios de generación eólica instalada para 2015.
Este optimismo del jerarca se basa en que el martes se recibieron trece ofertas para nuevos parques de aerogeneradores, sobre un total de catorce en competencia, por lo que si se concretan todas las iniciativas, la inversión proyectada será del orden de los mil doscientos millones de dólares, para una potencia de 780 megavatios.
Estas ofertas han sido posibles porque UTE estableció nuevas condiciones para captar las licitaciones que habían quedado afuera de la segunda licitación para parques eólicos, mediante un precio sostén de 63,5 dólares el megavatio hora.
El resultado fue que doce empresas presentaron propuestas de complejos de molinos por cerca de cincuenta megavatios de potencia cada uno, en tanto la restante presentó una propuesta por cuarenta megavatios, con la salvedad de que nueve presentados no presentaron problemas, pero los otros cuatro tenían dificultades de localización debido a que la oferta inicial implicaría sobrecarga en las líneas de UTE.
Por lo tanto han sido aceptados en primera instancia 438 megavatios que serían aprobados dentro del término de un mes, que se sumarán a los 150 megavatios adjudicados en la primera licitación, y los 192 de la segunda, además de los doscientos megavatios que pretende incorporar directamente UTE mediante la modalidad de leasing en acuerdo con privados.
A esta sumatoria deben agregarse los parques de menor tamaño que ya están operativos o en proceso de instalación, es decir entre 60 y 70 megavatios, lo que arroja un total de unos mil megavatios disponibles para 2015.
La potencia señalada indica que la energía eólica se presenta como el impulsor alternativo de mayor proyección a los embalses hidroeléctricos y a las centrales térmicas para la generación eléctrica. Se considera que tiene una potencia alcanzable de unos 2.300 megavatios en nuestro país, teniendo en cuenta los emplazamientos de líneas de UTE y los departamentos donde el viento tiene mayor potencial de aprovechamiento, que son fundamentalmente Maldonado, Rocha, San José, Cerro Largo, Florida y Lavalleja.
Este panorama auspicioso, a partir de la flexibilización de la postura de las autoridades de UTE, contrasta con actitudes del organismo en licitaciones convocadas para la incorporación de energías alternativas hasta hace poco tiempo, sobre todo cuando se ha apuntado a contar también con buena participación de generación mediante el uso de biomasa, en el marco de una necesaria diversificación de orígenes de la electricidad disponible en el país.
Como es sabido, en los períodos de mayor demanda y escasa disponibilidad de agua en los embalses hidroeléctricos, UTE debe recurrir a electricidad de los orígenes más caros, que son la generación térmica por derivados del petróleo y la compra a los países vecinos, que resulta aún más cara que las centrales térmicas, y a la vez genera una dependencia indeseable en materia energética, por supuesto.
El crecimiento de la demanda, sobre todo en los picos de consumo, que ahora son tan significativos en verano como en invierno, obligan a contar con una mayor demanda energética, ante una potencia disponible que ha crecido mucho menos que la demanda. El uso de recursos nacionales y renovables es un imperativo ante factores negativos como los altos costos y la dependencia, por lo que el promover energéticos que no sean de origen fósil ni importados responde al interés nacional, y así debe ser encarado, más allá del que sea el gobierno de turno.
Hasta no hace mucho tiempo UTE se dio el lujo de rechazar proyectos de generación por biomasa, por negarse a pagar precios que igualmente eran menos de la mitad de los que se pagaban por la energía que le compramos a la Argentina y Brasil, lo que constituyó un profundo error, cuando en el resto del mundo se hace lo imposible por contar con energías de origen renovable, y se subsidian los emprendimientos de este tipo.
Estamos ahora ante una revisión de los procedimientos, felizmente, de lo que es una prueba los emprendimientos propuestos en la última licitación sobre energía eólica, y ello permite ver el futuro con mayor optimismo.
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