Opinion | 04 Mar Ciertas profesiones enfrentan problemas para cubrir la demanda laboral en esas áreas, puesto que escasean las personas calificadas. Los oficiales de Policía y los maestros no son excepciones y la situación plantea verdaderos desafíos a las autoridades. Si consideramos el caso de los maestros, ya existe un déficit anual de egresos de la carrera magisterial.
Según los datos aportado por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) en el Anuario Estadístico de Educación correspondiente al año 2010, el volumen de egresados de Magisterio no deja de disminuir desde 2005.
Formación Docente es la opción de educación terciaria no universitaria más relevante, con una matrícula que supera los 20.000 estudiantes en el país, pero esa matrícula perdió 1.717 matriculados (disminución del 7,8%) entre 2008 y 2009; en 2010 registró 200 estudiantes menos que en 2009 (-1%), retrocediendo a los niveles previos a 2005. Pero este proceso es más acentuado en algunas ofertas, entre ellas el Magisterio y la carrera de Maestro Técnico INET que pierden matrícula mientras que los profesorados del IFD y CERP la incrementan, con el saldo global negativo señalado.
Paysandú no está ajeno a esta situación, puesto que cada vez egresan menos maestros, en tanto han aumentado otras opciones educativas como la universitaria e incluso los profesorados en diferentes modalidades de estudio. Una consecuencia directa de esto es que no alcancen los maestros sanduceros para cubrir los cargos de Primaria. En procura de una solución, el Ministerio de Educación y Cultura adelantó que instrumentarán varias medidas para incrementar la matrícula y egreso de maestros, tales como “la flexibilización curricular y el aumento de la oferta de becas para estudiantes de Magisterio”.
El anuncio ha despertado polémica y con razón. En un momento en que la calidad de la educación está en el ojo de la tormenta, este tipo de anuncios no parecen acertados. Y mucho menos si se llevan a la práctica. Al respecto, sería interesante que se explique claramente cómo se hace para no perder calidad reduciendo un año la carrera y a la vez “flexibilizándola” para tener mayor número de egresados. Cualquiera se da cuenta que la mejora de la educación no se trata sólo de números sino que, por el contrario, se requiere que haya docentes muy bien preparados.