Opinion | 01 Mar Ante el inicio de un nuevo año escolar, la Unidad Nacional de Seguridad Vial (Unasev) exhortó a respetar las señalizaciones reglamentarias del tránsito, las sendas para circular marcadas, las barreras de contención frente a locales escolares, la reglamentación para el transporte escolar y la circulación de vehículos a paso de peatón frente a los centros escolares.
En este sentido, en un texto publicado en el sitio web de la Presidencia de la República recuerda que los carteles que anuncian la ubicación de los centros educativos suponen la circulación de vehículos a paso de peatón, que la circulación de los niños debe ser por las sendas peatonales, entre otras conductas y hábitos para hacer un tránsito más seguro para todos.
La lista de recomendaciones es larga y no es para nada casual que la Unasev la haya emitido en horas previas del inicio de las clases en Primaria. Parar vehículos en doble fila frente a las escuelas, estacionar motos en lugares inadecuados, viajar en motocicleta con sobrecarga de personas o sin casco son algunas de las infracciones más comunes de ver en la época de clases. Es lamentable que esto ocurra, no solo por el riesgo que conlleva para nosotros mismos y las demás personas, sino también por el mal ejemplo que estamos dando a nuestros niños.
Esto hace que muchas veces se produzca una contradicción entre los hábitos que sobre tránsito trabaja y pretende fomentar la escuela y los que tiene la propia familia de los escolares. La maestra dice que las cebras son para circular los peatones y los autos deben respetarlas, luego los niños ven como los autos no les dan paso en una cebra o, lo que es peor, sus propios padres tampoco respetan eso.
Las familias son el primer agente educativo en la infancia y cuando los hijos son más grandes no pueden responsabilizar de la educación solamente a la escuela pues hasta con el ejemplo diario siguen educando o mal educando. Pequeñas cosas de todos los días fomentan hábitos y actitudes que luego son muy difíciles de desarraigar, y si el respeto al prójimo y sus derechos no se aprende desde la más tierna infancia, poco bien le estamos haciendo al presente y el futuro de nuestra propia sociedad. Como adultos, tenemos la responsabilidad de dar mensajes congruentes y claros. Buen inicio del año lectivo para todos.