Locales | 06 Mar Con 64 años Juan y 61 Elba Nellis, la mayoría de sus tardes las pasan trabajando en el vertedero, buscando elementos reciclables para vender y así “completar como para que no falte lo imprescindible”, dijo Elba a EL TELEGRAFO mientras acomodaba su sombrero y espantaba algunas de las miles de moscas que pululan en ese lugar.
“Estamos tratando de juntar unos pesos para comprar un ranchito y asegurar el techo”, explicó. El rancho “lo compramos por 5.000 pesos, y lo estamos pagando en cuotas”, y dando la dirección donde viven detalló: “Nos ubicamos en un lugar que se inunda en cualquier lluvia fuerte, porque está en un bajo, y vamos a pedirle a la Intendencia si nos da un viaje de tosca para rellenar”. Hace tres meses que están en Paysandú y se ubicaron en la zona de la Costanera e Independencia. “Venimos de Young, donde ella cuidaba una viejita que se murió, y allá no hay nada para hacer con nuestra edad, por lo que vinimos a probar acá”, dijo Juan, agregando que no puede jubilarse porque generalmente hizo changas, y sin registro en el BPS. Elba tiene familiares en Paysandú, y cuida niños, sobre todo de noche. “Gano 200 pesos por noche, y sumando lo que sacamos de acá, vamos tirando”, acotó. Para trasladarse y llevar los artículos reciclables que consiguen, tienen una moto y “un carrito”.
“vivimos en el monte”
Varias de las personas que buscan artículos reutilizables en el vertedero municipal, viven en el monte cercano, ubicado unos 200 metros al sur de la planta municipal. Entre ellos están Jorge y Rocío, una pareja que no alcanza los 30 años de edad. Desde hace meses que viven en “carpas” acomodadas dentro del follaje del monte natural, donde también hay otras familias --algunas con niños, dijeron-- que no tienen hogar y porque tienen su “trabajo” cerca. Para hacer un poco más aliviada la situación de los clasificadores, la Intendencia dispuso de una canilla ubicada en el borde sur del vertedero, donde decenas de personas van a refrescarse y tomar agua, haciendo un alto en la tarea. El detalle es que la canilla, según manifestaron algunos de los que estaban allí, se habilita solamente una hora por “turno”, de 11 a 12 y de 16 a 17. De esa misma canilla, además, se surten los “acampantes” que están viviendo en el monte y la mayoría de los ranchos que están ubicados un poco más al sur, junto al camino a Casa Blanca.