Nacionales | 06 Mar Negociación en la izquierda
No está para nada clara la relación de fuerzas en la interna del Frente Amplio de cara a la elección del próximo presidente de la coalición de izquierdas, donde hay grupos que todavía están orejeando las cartas y esperan el movimiento del otro para pronunciarse. Ese parece ser el ejercicio de los dos bloques principales del Frente Amplio, el Movimiento de Participación Popular (MPP) y el Frente Líber Seregni (FLS), para blanquear sus apoyos a un candidato a la presidencia de la coalición en las internas del próximo domingo 27 de mayo. Según El País, en las últimas semanas se han efectuado reuniones para intercambiar posiciones y acordar condiciones. Sin embargo, hay al menos tres candidatos, pero dos se perfilan especialmente con fuerza: el senador de la Vertiente Artiguista Enrique Rubio y la senadora del Partido Socialista Mónica Xavier.
Añade el matutino que el tercero candidato es el asesor del Ministerio de Economía, Alejandro Zavala --perteneciente al Grupo Ir--, impulsado por algunos sectores de la izquierda y que genera simpatías en dirigentes del MPP. Paralelamente, en el Frente Amplio se negocia qué condiciones deben tener los candidatos. Coinciden en que deben tener capacidad de diálogo, conocimiento de los grupos y experiencia de militancia, además de no ser figuras con cargos en el gobierno.
Está en juego también si los candidatos deben mantener o no bancas en el Parlamento, en caso de ser legisladores (como Rubio y Xavier, por ejemplo). Ello es resistido por los astoristas y parece ser también una condición excluyente de los socialistas para presentar a la senadora de sus filas. Rubio, en cambio, ha transmitido estar dispuesto a abandonar su sillón en la Cámara Alta si es elegido el 27 de mayo, evalúa el matutino, que agrega que todo ello será puesto a consideración del Plenario Nacional del Frente Amplio, que se reunirá los sábados 17 y 24 de marzo.
Entre apoyos y rechazos
El respaldo popular y a la vez los rechazos que genera la gestión del presidente José Mujica sigue presentando altibajos notorios, según revelan los sondeos de opinión pública, reflejándose el mayor apoyo en la capital y un mayor porcentaje de rechazo en el Interior, de acuerdo a lo que consigna Últimas Noticias.
Indica que en setiembre del 2011 Mujica contaba con el 39% de aprobación de su gestión, y hoy ese guarismo llega al 42%, es decir una leve mejora que no alcanza para hablar de una recuperación. Sin embargo, el nivel de desaprobación ha crecido, pasando de un 17% a 22% actual, con un 35% que califica su gestión como “regular”.
“Lógicamente que los mayores apoyos a la gestión presidencial se ubican entre los frentistas, donde el 68% aprueba y el 4% desaprueba, aunque el 28% no está conforme con la misma sin llegar a desaprobarla. Entre los votantes de oposición, el mayor nivel de desaprobación se encuentra entre los colorados (50%), siendo menor en los votantes blancos (40%). También la desaprobación es mayor entre los residentes en el interior del país, donde el 26% desaprueba y 38% aprueba, mientras que entre los montevideanos un 47% aprueba y el 19% desaprueba. Por otra parte, Mujica obtiene mayores apoyos entre los más jóvenes (49%) decreciendo en las edades mayores a 40 años. Asimismo, los más educados aprueban la gestión de Mujica en un 46%, bajando al 42% en los estratos medios y a 39% en los menos educados”, explica.
El principal factor que manejan quienes aprueban la gestión del presidente Mujica es su preocupación por los pobres y los trabajadores, pero sin mencionar muchos logros específicos más allá del controvertido tema del relacionamiento con Argentina y la promocionada patente única. Por el contrario, las críticas se basan en la inacción, en que habla mucho y hace poco, en la educación y la inseguridad pública, considera la publicación.
Resultado positivo para Larrañaga
Fuentes nacionalistas dijeron a El Observador que en el entorno del senador Jorge Larrañaga (Alianza Nacional) pero también en la interna de Unidad Nacional, que lidera el ex presidente Luis Alberto Lacalle, advierten que --acaso sin querer-- el empecinamiento del ex intendente de Paysandú con el acuerdo educativo, finalmente alcanzado, terminó por reconciliarlo con una parte del electorado blanco más conservador, es decir un resultado contrario al que vaticinaban analistas políticos.
“Larrañaga logró algo que al votante más volcado a la derecha le encanta presenciar y tiene que ver con las dificultades internas que muchas veces refleja el gobierno de Mujica para encolumnar detrás suyo al Frente Amplio en asuntos más o menos trascendentes. Y si, además, a las escaramuzas se suma un sindicato de profesores con ganas de trancar toda iniciativa que provenga del sistema político, el espectáculo se vuelve más encantador para los antifrentistas”, evalúa el matutino.