Paysandú, Viernes 09 de Marzo de 2012
Rurales | 09 Mar Las precipitaciones registradas en gran parte del país en la última semana provocaron una importante recuperación en la mayoría de los cultivos, que fue dispar según el cultivo, variedad y fecha de siembra.
En lo que se refiere al maíz, en este cultivo hubo daños muy importantes; si bien los granos se formaron, las excesivas temperaturas de enero hicieron que el cultivo se secara rápidamente cortando el llenado de grano. “Hoy la mayoría de los maíces ya fueron cosechados, algo que no es normal para la época. Los rendimientos de este cultivo oscilan entre 3.000 y 5.000 kilos por hectárea”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Carlos Dalmás, gerente de Producción de la empresa ADP.
En soja de primera, “si bien la recuperación fue asombrosa teniendo en cuenta el estado en que se encontraban estos cultivos, hubo mucha pérdida de flores y vainas que fueron irrecuperables. Hubo cultivos que por su número de plantas, fecha de siembra y variedad iban a rendir 2.500 kilos; hoy los estimamos en 2.000 kilos por hectárea. La magnitud del daño fue diferente según la variedad, su fecha de siembra y por supuesto según la zona de la que estemos hablando”, dijo.
“Es sabido que el número de granos por planta es el principal componente del rinde en soja, por lo que la etapa en la que se dio la escasez de agua es lo que determinó la magnitud de las pérdidas”, manifestó el profesional. Este año, ante la amenaza de la Niña, “decidimos atrasar la fecha de siembra y sembrar sojas de primera de ciclo largo (grupos VI y VII) e indeterminadas. La indeterminación le permite a la planta una mayor recuperación debido a que continúa creciendo y formando nuevos nudos luego de iniciada la floración. Esto hizo que las pérdidas no sean tan grandes, ya que la lluvia llegó en un momento donde el cultivo aún tenía una gran posibilidad de recuperación”, indicó.
En cuanto a las sojas de segunda, precisó que “el número de plantas logradas definirá el rendimiento”. “Para la soja de segunda las lluvias llegaron a tiempo. El problema en este cultivo, es que hubo zonas donde la implantación fue muy difícil por lo que los cultivos quedaron con un bajo número de plantas. En otros casos, el número de plantas logradas fue bueno, pero la extrema sequía y las altas temperaturas provocaron las pérdidas de algunas plantas”. Subrayó que, en general, “en la mayoría de los casos la lluvia llegó a tiempo para este cultivo y se espera que sea el cultivo menos afectado por la sequía”.
Maíz
En el caso del maíz de segunda, la lluvia “llegó a tiempo para minimizar pérdidas”. Dalmás entiende que para el maíz “las lluvias llegaron justo antes de que el cultivo ingrese en la etapa de floración. De todas formas, el rendimiento será afectado ya que la etapa vegetativa se dio en plena sequía y allí se define parte del rendimiento. Sin embargo, es un cultivo donde podemos esperar rindes aceptables”.
disparidad
La magnitud de las pérdidas provocadas por la sequía no es igual en todas las zonas donde trabaja la empresa. “Las menos afectadas fueron Paysandú, parte de Río Negro y el sur de Colonia y San José. Si bien en estas zonas se sufrió sequía, la magnitud de la misma fue menor que en Soriano, Flores y el noreste (Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo), donde las lluvias llegaron más tarde, acentuando las pérdidas de rendimiento para soja de primera y complicando la implantación de la soja de segunda”.
Dalmás destacó “la importancia de los pronósticos a largo plazo ya que se vienen cumpliendo. Tenerlos en cuenta a la hora de armar un plan de siembra es importante, ya que tenemos algunos factores de manejo que nos permiten disminuir las pérdidas. Fecha de siembra, variedad a utilizar y población son algunos de los factores de manejo que nos pueden ayudar a reducir las pérdidas en estos años de sequía”.
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