Opinion | 10 Mar Como consecuencia de un reclamo formal presentado por Argentina que pretende acceder al mercado chino en igualdad de condiciones, China restringió el ingreso de cortes de carne con hueso y menudencias desde Uruguay.
Nuestros socios del Mercosur no han vacilado una vez más en torpedear lo que hace Uruguay para defender sus intereses, con el agregado de que muchas veces asume compromisos que sabe que no podrá cumplir.
Ante este esbozo de crisis, el director general de los Servicios Ganaderos del MGAP, doctor Francisco Muzio, sostuvo que “es posible que viaje una misión técnica y política de alto nivel al país asiático o que venga una representación de China a Uruguay”.
Es que para Uruguay la medida china es muy importante, porque son muy pocos los países que aceptan importar carnes con hueso y menudencias de países libres de fiebre aftosa con vacunación.
La medida de China estuvo motivada por el reclamo de autoridades oficiales argentinas de alto rango que viajaron a China a plantear que les causa extrañeza que ese mercado esté abierto para las exportaciones de Brasil y Uruguay y no para las carnes con hueso y menudencias de Argentina, que tiene igual estatus sanitario.
Fuentes de la industria del sector de nuestro país consideraron que “los argentinos nos escupieron el asado”, y se mostraron sorprendidas por el planteo en función de que “Argentina es un país que hace años no está interesado en exportar carnes y lo único que hace es plantear la habilitación de negocios que después no cumple”.
Estamos ante una nueva perla de un largo collar de situaciones en el marco de una relación bilateral que una y otra vez, a través de los presidentes de ambas orillas, reafirma lazos de amistad y solidaridad, pero que en los hechos se ve desmentida sistemáticamente por trabas al ingreso de nuestros productos y estos “sabotajes” que nos perjudican abiertamente.