Deportes | 12 Mar La selección está en la siguiente instancia de la Copa Nacional de Selecciones, al meterse entre las cuatro mejores del torneo pese a caer por 2 a 1 frente a Nueva Palmira. La Blanca volvió a decepcionar en casa, sin poder hacerse fuerte en el Estadio Artigas, pero más allá de la derrota y de no poder imponer su juego ante un equipo que los superó, los orientados por Ramón Silvera lograron colarse a las semifinales del campeonato y estarán en la definición.
Paysandú sufrió demasiado en esta nueva presentación, dejando en claro que deberá mejorar sustancialmente de cara a lo que se viene, y que más allá de extrañar a los ausentes por expulsión, no supo manejar el partido.
Porque la Blanca tuvo todo a su favor si se tiene en cuenta que cuando ni siquiera transcurría un minuto de juego pudo abrir el tanteador, lo que le debió haber brindado un manto de tranquilidad e inteligencia para poder manejar el trámite, lo que practicó apenas durante los próximos 10 minutos.
Después todo fue desconcierto, sumergirse en la desesperación que debió haber sido del rival. Y, en vez de tocar, mantener el balón y hacerlo girar en busca de espacios, intentando desarmar a Nueva Palmira, el equipo no tuvo consistencia con la pelota en los pies y terminó por cedérsela a un rival que, justo es decirlo, jugó un gran partido por mérito propio.
Paysandú perdió el rumbo. Acosta se transformó en figura en el segundo tiempo, ya cuando el equipo terminó por desdibujarse por completo ante la expulsión de Patritti, que será una baja más que sensible de cara a lo que se viene.
La Blanca deberá mejorar y mucho pensando en las semifinales, mientras espera por conocer cuál será su rival. Hoy por hoy el equipo tendrá dos bajas sensibles como serán las de Patritti y Parodi, que deberá intentar disimular el entrenador en una tarea complicada por cierto.
Pero dentro de este panorama no hay que dejar pasar por alto algunas situaciones. Por lo pronto, el equipo todavía no ha alcanzado su techo en cuanto a lo que puede dar en lo futbolístico, y mantiene la esperanza de poder mejorar su rendimiento. Sin jugar bien, y a los tumbos, Paysandú se metió entre los cuatro mejores sin que nadie le regalara nada, sino en base al reglamento más allá de discutir la manera en la que se llegó. Y, después de todo, vaya uno a saber si este Paysandú no estará gozando de la suerte del campeón. Pero a la suerte, eso sí, deberá ayudarla.