Paysandú, Jueves 15 de Marzo de 2012
Opinion | 14 Mar Debe considerarse como un hecho positivo la decisión que transmite UTE de haberse tomado en serio la responsabilidad de contar con mayor potencia energética para el futuro cercano, lo que está muy lejos del mensaje y supuesto ahorro de diez millones de dólares con que azotó al Interior al disponer el adelanto de la hora durante cinco meses.
Es así que el Directorio del organismo anunció que se propone contar con unos 1.200 megavatios de energía eólica en 2015, con lo que disminuirá su dependencia de combustibles para la producción de energía. El paquete de medidas incluye la interconexión con Brasil para comprar 500 megavatios y la generación de 500 megavatios a través de un ciclo combinado propio, en tanto el costo del abastecimiento para 2012 se calcula en 900 millones de dólares. A la vez en 2015, con la matriz diversificada, el costo anual podrá ser de 550 millones de dólares, según informó Ruben Chaer, asesor del presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla.
Esta iniciativa se enmarca en la decisión de incorporar un respaldo significativo en energías de origen alternativo, fundamentalmente para preservar los embalses hidroeléctricos, que son un factor que nos condiciona cuando se registran períodos de sequía, mientras a la vez los picos de consumo se están dando tanto en invierno como en verano, en este último caso precisamente cuando coincide generalmente con el estiaje de los cursos de agua en nuestro país.
Últimamente UTE ha cambiado la pisada –enhorabuena-- respecto a la postura que había asumido en las licitaciones para contar con energías alternativas, desde que se ha mostrado más flexible para permitir la presentación de proyectos a los que hasta hace pocos años les cerraba el paso mediante medidas burocráticas y exigencias exorbitantes.
A estas licitaciones de energías renovables se ha sumado la iniciativa de promover la instalación de colectores solares para el ahorro energético en los hogares, a través de reducir el calentamiento de agua por electricidad mediante el precalentamiento con energía solar.
En las últimas horas se anunció que el Banco Hipotecario (BHU) lanzará una línea de crédito para la compra de paneles solares para hogares por un monto de entre U$S 2.418 y un tope de 12.110 dólares, que podrán financiarse a cinco años y con una tasa de interés del 8,5%, acompañando esta política energética.
El financiamiento que el Banco Hipotecario otorgará para la compra de colectores solares en hogares tendrá “las mismas condiciones que el crédito para refacción” de vivienda, adelantó a El País la presidenta de la institución Ana Salveraglio.
Esto supone créditos de entre 20.000 Unidades Indexadas (equivalen a unos $ 47.000 o 2.418 dólares) hasta 100.000 UI ($ 235.350 o 12.110 dólares) a cinco años de plazo y con una tasa de interés de 8% para ahorristas con un año de antigüedad y 8,5% para no ahorristas.
El plan para incorporar paneles solares en los hogares que coordina la Dirección Nacional de Energía (DNE), será lanzado este mes y se analiza la posibilidad de que participe el Fondo de Garantía de Eficiencia Energética, que administra la Corporación Nacional para el Desarrollo, para garantizar algunos préstamos.
“El crédito de refacción nuestro opera con retención de sueldo y no en todos los casos el cliente de UTE va a tener la posibilidad o va a estar interesado en tener una retención de sueldo. Entonces, con ese fondo se podría utilizar para que otros clientes también puedan acceder al crédito para la instalación de paneles”, explicó.
Paralelamente, para incentivar la instalación de colectores en los hogares, UTE dará un subsidio de $350 mensuales durante un año, es decir un total de $4.200. Ese subsidio se suma al ahorro que genera en la factura eléctrica tener un equipo de esas características.
Los colectores solares sirven para calentar agua, ya que entre el 30% y 35% de la factura de UTE se explica por el calentamiento de agua, según el resultado que arrojó el último Balance Energético que publicó la DNE.
Debe tenerse presente que la inversión del orden de los mil dólares para una instalación domiciliaria no se traducirá necesariamente en un ahorro en la factura para todo usuario, sino que ello dependerá del consumo total que tenga en su domicilio e incluso cuánto de éste obedezca al calentamiento de agua.
Aún así son políticas que, tanto por el beneficio que generan para el país como por las ventajas para los propios usuarios --al menos en el mediano o largo plazo--, deben no solo implementarse sino hasta potenciarse con una legislación que vaya en el mismo sentido, por ejemplo obligando a que todas las viviendas sociales que se construyan de ahora en más, así como las particulares también, cuenten con sistemas de calentamiento de agua por energía solar, sin el cual no podrán obtener la habilitación de obra. Esto se fundamenta con solidez en que, si bien la instalación encarece la construcción, es mucho más barato efectuarla cuando se hace la instalación sanitaria que luego de terminada la vivienda. Por otra parte –y no menos importante--, el hecho de que los beneficiarios de las viviendas sociales son de bajos recursos, el incremento del gasto inicial en el sistema se justifica con creces en el ahorro en la factura de energía de que se beneficiarán sus ocupantes de por vida. Más aún si se trata de energía subsidiada a ocupantes de muy bajos recursos, por cuanto el Estado debe entonces procurar que este subsidio sea el más bajo posible, sin restar los beneficios que brinda a las familias en emergencia.
Por todo esto, sólo bienvenidas las nuevas políticas de eficiencia energéticas impulsadas por UTE y el propio gobierno, y hacemos votos para que no sólo continúen en esta línea, sino que se animen a dar el salto y legislen en pos de los cambios que darán el mayor impacto a futuro en ahorro de energía.
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