Deportes | 12 Mar El equipo formativo sanducero Sub 18 no pudo vencer de local a Dolores, en los 90’ de juego reglamentarios y en la ejecución de los tiros penales, los doloreños acertaron mejor y se quedaron con la llave disputada entre ambas selecciones ya que en el partido de ida, también fue empate 1 a 1, en encuentro válido por la 9ª Copa Nacional de Selecciones de la Organización del Fútbol del Interior (OFI), “Copa CORI”.
Si bien, principalmente en el primer tiempo, Paysandú fue amplio dominador de las acciones y con varias chances de gol, estas se marraron de forma increíble que en definitiva fueron perjudicando el funcionamiento del equipo sanducero, por el gran nerviosismo de intentarlo y no poderlo hacer.
Dolores, que al comienzo había salido a buscar el partido, pero enseguida el local le tomaba los puntos, por lo cual obligaba al cuadro doloreño a refugiarse sobre su zona defensiva, sólo le quedaba las intenciones de sacar algún contragolpe.
Por eso, en una contra de Dolores, hubo una desinteligencia en el fondo sanducero y luego de una notable intervención del arquero Sebastián Bottino, la terminaba sacando al córner Gabriel Nievas. De esa jugada del tiro de esquina vino el gol de la visita por parte de Mauro Rostán.
Pese a esta desventaja, Paysandú seguía siendo protagonista del encuentro y las incidencias de gol se fueron sucediendo en el arco adversario, algunas marradas por los sanduceros y otras con notables intervenciones del arquero de Dolores, Agustín Pereira.
Pero luego comenzaba a errar los procedimientos la Pay 18, fundamentalmente con el traslado del balón que no le permitía el juego colectivo y lo que era más aún, no se le habilitaba a Rodrigo De Olivera, quien desequilibraba al fondo adversario, generalmente cuando De Olivera se tiraba por afuera.
Después, en el segundo tiempo vino el descontrol sanducero, que teniendo dos jugadores de más ante expulsiones de Ariel Vincón, a los 7’ y de Jorge Padilla a los 14’, lo que hacía pensar que podía retomar el juego del primer tiempo, fue todo lo contrario.
Se notaba a un equipo sanducero jugar a lo que saliera, carente de ideas para superar a un fondo rival que se agrupaba, llevado más todavía por las circunstancias de las dos expulsiones que había sufrido. Así y todo venía el empate de Matías Arballo, de tiro libre, pero el gol no mejoraba la situación del local, que con su juego fue favoreciendo al rival para quedarse con el empate.
Paysandú no desbordaba, quería hacer el juego por el medio y allí perdía ante tantas piernas de la visita y así fue desaprovechando la ocasión de lograr el triunfo, que tampoco llegó en los penales. Daniel Bazet Fernández.