Opinion | 18 Mar El Ministerio de Turismo acaba de firmar con el Banco Interamericano de Desarrollo un segundo préstamo para apoyar a este sector de la actividad. Se trata de una operación de 6,25 millones de dólares --5 millones son aportados por el BID, y 1,25 por el Estado uruguayo-- para instrumentar un programa de desarrollo de turismo náutico y fluvial en los departamentos litoraleños de Artigas a Soriano y Rivera.
La iniciativa, que se extenderá hasta 2016, posee tres componentes: inversión en construcciones, apoyo al emprendimiento y la inversión y la instrumentación de un modelo de gestión integral.
Uno de los componentes del programa es la puesta en valor turística del Corredor del Río Uruguay y destinos asociados con la finalidad de diversificar la oferta actual y aumentar la cantidad de prestadores turísticos en esta zona.
Específicamente, se financiará la creación de cuatro estaciones fluviales, cinco centros de acogida de visitantes, doce refugios de ribera (pequeños alojamientos, básicos, en lugares remotos), un grupo de siete pequeñas instalaciones para facilitar el atraque y acceso de turistas a los puntos de interés (rampas, muelles, embarcaderos), tres mangrullos para la observación de aves y la dotación de nueve lanchas. También se buscará incrementar la inversión privada en las áreas beneficiarias del programa, medida a través del volumen de inversiones privadas en dólares (al amparo de la Ley de Inversiones) y fortalecer la cadena de valor turística local, medido a través del número de entidades adheridas formalmente a un esquema regional de funcionamiento en red.
A pesar de la excelencia de la belleza natural del río y sus islas en nuestra zona, Paysandú aún no ha desarrollado el turismo náutico y fluvial, puesto que la navegación y aprovechamiento del río con fines de recreación y disfrute se halla circunscripta fundamentalmente a los pobladores locales. Sin embargo, se trata de una modalidad de turismo que tiene un enorme potencial que otros departamentos --como Colonia y Soriano-- ya están comenzando a explotar. Evidentemente, es necesario mejorar la infraestructura y generar actividades y propuestas para ofrecer. No debemos olvidar que muy cerca de aquí, en Buenos Aires un par de clubes náuticos reúnen miles de embarcaciones y muchas personas deseosas de conocer lugares todavía inexplotados, como presenta la mayor parte de nuestro río.