Opinion | 14 Mar A cualquier uruguayo le es muy sencillo hablar del fútbol nacional. Incluso los que no son realmente fanáticos o seguidores de la celeste, pueden recordar las fechas principales, los grandes triunfos del balompié charrúa.
No ocurre lo mismo, con el cine uruguayo. En verdad, el simple concepto de cine uruguayo resulta extraño para buena parte de la población. Ciertamente pocos recordarán aquella primera película nacional, “Alas de la costa”, filmada en 1923 por Juan Antonio Borges. Más cerca, “Mataron a Venancio Flores”, “El dirigible”, “Pepita la pistolera”, “La Redota” y “La casa muda”.
Precisamente esta última, es la que ha logrado un hecho inédito en la débil cinematografía nacional, pues en lugar de mirar hacia Hollywood, esta producción de 6.000 dólares logró que la Meca del Cine mirara hacia Uruguay y a esta película basada en un asesinato de los años 40, para realizar nada menos que una adaptación en Estados Unidos que tras cumplir su primer fin de semana de exhibición se ubicó en un excelente quinto lugar en la taquilla, con mayor recaudación que varias grandes películas comerciales.
El que el cine uruguayo sea capaz de lograr productos que llamen la atención de otras cinematografías indudablemente mucho más experimentadas, con una real y sólida industria, no hace otra cosa que reafirmar que el talento existe, que hay creadores, guionistas, directores, actores y el aparato técnico necesario, para lograr películas de calidad. “La casa muda”, de hecho, representó al país en la competencia de los premios Oscar.
No obstante, lo que sigue sin aparecer es el presupuesto necesario para usar ese gran capital humano en beneficio de una verdadera industria que, sin lugar a dudas, debe estar orientada al mercado extranjero, en la medida que la cantidad de espectadores promedio del cine no puede por si misma, solventar una industria de este tipo.
Y aunque se hable de cine y esto es arte, no puede dejar de pensarse en la industria. Este es un arte demasiado caro, donde los fracasos no dan segundas oportunidades.
El éxito de “La casa muda”, en su versión uruguaya, prácticamente se basó en la presencia en festivales internacionales. Pero seguramente la versión de Hollywood tendrá mayor difusión por el peso de esa industria y los seguros canales de distribución que tiene. Pues, es una forma de crecimiento, si bien no la mejor. Porque parte de lo recaudado irá directamente a los productores uruguayos. En la primera semana la recaudación fue de 6,7 millones de dólares. Solamente el 1% representaría 67.000 dólares, once veces el costo de la producción original. Es para nuestra industria cinematográfica una excelente inyección de dinero, para solventar los éxitos que vendrán.