Opinion | 13 Mar Tener la educación media completa se ha vuelto un requisito cada vez más exigido para acceder a distintos tipos de trabajos, razón por la cual no son pocas las personas de toda edad que encaran la siempre trabajosa tarea de volver a las aulas para completar su educación media.
El sistema educativo ha ido acompasando estas exigencias del mercado laboral y, con acierto, está desarrollando diferentes programas para que estas personas puedan terminar la Secundaria o los cursos de Bachillerato de UTU.
El Bachillerato Semestral, que trabaja con una carga horaria duplicada la mitad de las materias en el primer tramo del año y el resto en el segundo tramo; o el denominado Libre Asistido, que funciona a través de instancias presenciales y de tutoría, son dos de las modalidades más utilizadas de las propuestas por el Consejo de Educación Secundaria. No obstante, se suman otras como el Compromiso Educativo impulsado por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) con la ANEP y otras instituciones.
Este programa, desarrollado el año pasado en ocho departamentos –entre ellos Paysandú—se expande ahora a dos más y, a su vez, pasa de 39 a 64 centros educativos de Educación Media Superior. En Paysandú funciona en los liceos 1 y 7 y en el Instituto Técnico Superior del Consejo de Educación Técnico Profesional, a los que este año se agrega la Escuela Técnica.
Los participantes pueden postular para la obtención de una beca de estudio, cuya concesión implica por parte del estudiante la suscripción del acuerdo educativo y la utilización de los espacios de referencia entre pares. El monto de la beca será de 8.000 pesos, repartidos a lo largo del año lectivo, y ésta se solicitará por el estudiante en el propio centro educativo de Secundaria o UTU.
El acuerdo educativo es un compromiso formal en el que cada parte --los estudiantes, sus familias y el centro educativo-- asume responsabilidades interconectadas, habilitando el cobro de la beca de estudio.
En este acuerdo, el estudiante que recibe la beca se compromete a participar de las instancias curriculares correspondientes a su plan de estudio, a formar parte del Compromiso Educativo, aceptando el acompañamiento brindado por el articulador pedagógico del programa y la participación en el espacio con los referentes pares –que son estudiantes de nivel terciario que realizan esta tarea de acompañamiento educativo como voluntarios-- donde se definirán las estrategias de trabajo conjunto.
En definitiva, nunca antes hubo tantas oportunidades de terminar el Bachillerato y la existencia de estos programas en la actualidad implica una importante inversión del Estado y la sociedad en su conjunto, que deberían ser aprovechadas.