Deportes | 23 Mar El básquetbol de Paysandú ya está acostumbrado a vivir movimientos fuertes en sus cimientos. Y en la víspera afrontó un nuevo terremoto. Renunciaron dos neutrales: Omar Ariel Flores, su presidente, y Fernando De Oliveira, el secretario. Solamente quedó en funciones, al menos por el momento, el tesorero Edgardo Quequín, quien tras tomar conocimiento de la renuncia de sus compañeros determinó suspender la primera final “Play Off” por el Campeonato de Honor de Primera División, que debían disputar anoche Paysandú Wanderers y Centro Pelotaris, en el gimnasio de Centro Allavena. Quequin tomó la determinación, según expresó, de suspender no solo el partido de anoche sino también los compromisos siguientes, amparado en el reglamento interno de la Liga.
En la presente jornada el propio Quequin entrará en contacto con la Comisión de Reglamentos para que, en acuerdo con él mismo, se decida qué paso se habrá de dar. Por lo pronto es cosa segura que por lo menos hasta el lunes no se avance en la toma de resoluciones, por lo cual las finales quedarán allí esperando nuevas fechas para su disputa.
Motivos para la renunciA
El detonante para la renuncia de los neutrales Flores y De Oliveira serían sendas notas enviadas a la Liga por los clubes Wanderers y Pelotaris, discrepando por decisiones ya tomadas por los neutrales y aprobadas por los clubes. Pero asimismo, en el caso de Flores, según su nota enviada a la Liga indica “diferencias que constato han surgido con algunos de los clubes que la integran (a la Liga), y en particular quienes han llegado a la definición del Torneo de Honor”.
Cuestionamientos por parte de los dos clubes al arbitraje de tres jueces, aunque el costo fuera el de dos; también en lo que refiere a la televisación de los partidos finales, para lo que los dos equipos plantearon exigencias económicas, son los motivos que más afloran como causantes de la renuncia del presidente Flores, según se desprende de la nota donde da cuenta de la misma.
Los dos clubes habían solicitado asimismo el aumento del precio de las entradas, cosa que se resolvió -según se nos dijo-, que cada club, cuando actuara de local, pusiera un veedor en portería para controlar que no ingresara público sin pagar su boleto, además de la no fijación de los partidos como estaba previsto, entendiendo que no era lógico que se disputen dos días seguidos, ante lo cual se accedió con algún cambio.
Lo cierto es que la situación creada da la imprecisión de desembocar en un callejón sin salida.
Será menestar actuar con cabeza muy fría para poder salir adelante, eso salta a la vista.
Mientras tanto el básquetbol, y particularmente las finales, deberán seguir esperando. Una pena, sin dudas. “Chapatín”