Paysandú, Domingo 25 de Marzo de 2012
Locales | 21 Mar Estimado señor: Con un concepto elevado del diario que usted dirige, interactuando como canal receptor de las diferentes realidades y matices, solicitamos dar a conocer la siguiente inquietud. Somos habitantes del interior del departamento y nuestro medio de transporte es empresa Copay, concretamente la línea hacia Cerro Chato que comprende varios centros poblados, pueblo Gallinal, cañada Milán, Soto, etcétera.
Nuestro llamado de atención es hacia los responsables directivos de la empresa Copay, por la falta de atención, por no decir desidia, con la cual se presta este servicio tan vital para esta amplia zona del departamento. Estamos convencidos que debemos actuar ahora para poner en conocimiento del servicio deficiente y hasta discriminatorio de la empresa hacia este pasaje, vigente en cuanto a su continuado crecimiento. La odisea que es viajar en tales ómnibus es de intranquilidad permanente. Los coches que cubren esta línea viajan en un estado de falta total de seguridad para todos (incluidos chofer y guarda). Podríamos enumerar cuantiosos incidentes de desperfectos por carecer de mantenimiento adecuado por sobrecarga de pasaje y bodegas. Para ser más objetivos, hoy aconteció un incidente en el cual se involucró a una señora en estado a término de su embarazo, que pudo haber llegado a un desenlace de riesgo para ella y su bebé, y no fue así gracias a la intervención de Policía Caminera. Pero estas crónicas serían innumerables.
¿Hasta cuándo vamos a dejar librado al azar el buen estado de un servicio, que es un ícono de representatividad en el interior? “Copay es Paysandú” es el eslógan.
¿Podemos sentirnos representados en esa expresión de deseo? Creemos por el bien de todos que sí. Gracias por el apreciado espacio por el cual confiamos llegue a destino este pedido de medidas de seguridad, para tranquilidad de todos los que viajamos con inseguridad y de aquellos que puedan darnos las respuestas.
(Siguen 50 firmas)
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EL PODER EJECUTIVO PIDE PERDÓN ANTE LAS NACIONES UNIDAS, MIENTRAS PAGA COMPLACIENTE U$S 500.000
El Sr. Ppresidente de la República se apresta diligente a obedecer la orden de una comisión de las Naciones Unidas, que le indica un resarcimiento económico a una familia castigada a causa de la guerra desatada en el país por el enfrentamiento entre los tupamaros y el gobierno electo democráticamente por la ciudadanía uruguaya, en noviembre de 1962. En esa elección resultó triunfante el Partido Nacional y contra su gobierno democrático se entabló esa guerra subversiva inspirada en la revolución cubana, que terminó cuando la policía y el ejército derrotaron bélicamente a la subversión.
Por lo que el Sr. presidente parece que no va a pedir perdón es por los tremendos males que esa guerra subversiva le costó al país por culpa de un movimiento armado, que él mismo integraba, junto con su esposa, el ministro de Defensa, el ministro del Interior y otros encumbrados personajes de su gobierno, cuyo fin era derrocar a ese gobierno constitucional electo en 1962.
Hoy el gobierno del Sr. presidente goza del privilegio de tener como opositores, a patriotas que piensan primero en el país, luego en sus predilecciones partidarias y después en sus aspiraciones personales. Pero el “superior gobierno” no se siente culpable de nada. Su gruesa epidermis lo hace merecedor de un examen médico que estudie el perfil psíquico de los personajes.
En el colmo del cinismo, ocultan que el inicio de los males está en ellos mismos y quieren hacernos creer que la culpa se traslada o transfiere a quienes les ganaron en la confrontación bélica que ellos iniciaron.
Haciendo alarde de indulgencia y buenas intenciones para adjetivarlo, dando por hipótesis todo lo dicho, podríamos sentar la tesis de que el gobierno desde su presidente a sus estamentos inferiores, están inmersos en un caso colectivo y peligroso de anosognosia. Parecen no tener conciencia del mal notorio que padecen. No se dan cuenta de lo que ocurrió y ocurre a su alrededor.
Pero los que estamos fuera de ese círculo vicioso, sabemos bien lo que pasó y lo que les pasa. Quieren transferir la carga. Que la pesada “mochila” de la culpa la carguen otros. Aún los que no tengan nada que ver.
Junto con el anunciado pedido de perdón unilateral, sería de mínima reciprocidad que los mandos guerrilleros que combatieron aquellos gobiernos y que hoy están en el gobierno usando la vía del voto popular antes denostada, pidieran también perdón por los doce asesinatos cometidos en la década del ‘60. Por los cuarenta y cuatro asesinatos cometidos en la década del ‘70. Por los veinticinco secuestros y “entierros” en las “cárceles del pueblo” cometidos entre 1968 y 1972.
Y que los quince subversivos que cometieron hechos de sangre y nunca estuvieron presos, se presentaran en el estrado para solicitar perdón junto con el Sr. presidente.
Pero nada de eso va a suceder, porque el gobierno escribe con la mano izquierda, mira solo con el ojo izquierdo, y sus fuentes de inspiración y consulta nunca son diestras, sino siniestras, o sea, ¡hacia la izquierda!
Por eso será que medio país lo votó y el otro medio lo sufre. Su espíritu de venganza desbordado, sectoriza su convocatoria. Y mientras las cosas sean así y se mantenga la enseñanza en permanente involución decadente, el país seguirá descendiendo por el plano inclinado que conduce al no recomendable estatus de las RRBB (Repúblicas Bananeras).
Sobrevolando el estrado quizás evocado por alguno de los concurrentes, flotará el recuerdo de José Leonardo Villalba, asesinado el 11 de febrero de 1971. Todo verdaderamente lamentable, muy lamentable.
Edil Ing. Ramón Appratto Lorenzo
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Recientemente, aproximadamente a las 0.40, me encontraba buscando mis lentes recetados que se me habían perdido en un trayecto de nuestra ciudad, pero como es costumbre, siempre que paso por nuestra sede partidaria de la lista 8 ubicada en 18 de Julio y José Pedro Varela, miro en forma generalizada si está todo bien. Vaya sorpresa al mirar y ver que la puerta de entrada principal se encontraba semi abierta. Tras ingresar, prender la luz de entrada y ver todo el desorden que había, automáticamente regresé a la vereda y llamé a la Policía para que verificara lo que allí había sucedido.
Minutos después se presentaron en el lugar efectivos de la Seccional Primera de Policía e instantes más tarde la Policía Técnica, que hizo los relevamientos del caso, a lo cual aprovecho para agradecerles profundamente la rápida actuación ante el mencionado llamado telefónico. Una recorrida por el local, constatando el gran desorden que dejaron quien o quienes entraron, revisaron archivos, escritorios, bibliotecas, baúles, etcétera y llevándose algo insignificante si se quiere con el valor que representa la sede en la ubicación antes mencionada.
Lamentablemente rompieron puertas, violaron cerraduras y destrozaron mobiliario. Yo me pregunto: ¿qué andaban buscando estas personas que entraron? ¿Con qué intenciones venían? ¿Qué era lo que pretendían? Por las dudas les aviso que plata no tenemos y la espada de Leandro Gómez tampoco, pero me sigo preguntando donde está la seguridad que manifiestan los políticos de turno, y cuando se excusan dicen que es solo la sensación, cuando toda la sociedad sale de su casa “con el Jesús en la boca”, esperando regresar y encontrar todo en orden como cuando salieron. Día a día son más las casas y negocios que se ven con rejas, alarmas, guardias de seguridad o serenos que contratan. Por favor, hagan algo por la seguridad de la gente... porque ya no hay nada que no hayan robado o destrozado los amigos de lo ajeno...
Ah, me olvidaba, solo les falta robar el pararrayos que se encuentra en la punta de la cruz de la torre de la Basílica. Oscar Cardozo
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Al Sr. Director
del Hospital Escuela
Del Litoral
Quilmes, 15 de marzo de 2012.
Carlos Oscar Palla, argentino, DNI 4.980.771, con domicilio en calle Alem 636 de la ciudad de Quilmes, provincia de Buenos Aires, República Argentina, tiene el agrado de dirigirse a usted a efectos de hacerle saber su más profundo y sincero agradecimiento por la atención recibida por todo el personal de dicho Hospital, a raíz del lamentable accidente sufrido el día 16 de marzo de 2010 en el cruce de las rutas 3 y 26 de Paysandú, República Oriental del Uruguay.
Con motivo de ese penoso accidente perdió la vida su nieto Benicio Granado Palla. Su hija Ivana Élida Palla permaneció internada durante varios días siendo sometida a dos cirugías de hígado con éxito. El suscripto también fue atendido durante cuatro días por un hemoneumotórax, fractura de cuatro costillas y distintas contusiones.
En un momento tan triste y doloroso para su familia, no puede dejar de hacer mención y destacar la labor de todos los que trabajan en dicha institución, el respeto por su dolor y la atención brindada.
Todo el personal, médicos, enfermeros, camilleros, personal de seguridad, de limpieza y personal administrativo, colaboraron, cada uno en su esfera y de diferente manera, para que su familia pudiera sobrellevar ese momento tan doloroso.
Quiere destacar y hacer mención especial en la profesionalidad de los médicos de la institución, cuya tarea hizo posible la recuperación de su hija Ivana, quien ingresó al Hospital en grave estado de salud, y que fuera intervenida quirúrgicamente en dos oportunidades satisfactoriamente, lo que permitió su mejoría y que pudiera ser trasladada a la República Argentina en un avión sanitario.
Agradece especialmente al Dr. Betancourt y su equipo, como así también al Dr. Conrado Fender quien atendió a su hija y al suscripto, pero que además le interiorizaba del parte médico de su hija, dándole fe y confianza y haciéndole sentir que ella estaba bien atendida. Hace extensivo este agradecimiento a los demás integrantes del equipo médico que tuvieron participación en las intervenciones quirúrgicas y posterior atención de Ivana, cuya identidad lamentablemente desconoce, para hacer mención de cada uno de ellos y expresarle su público y expreso reconocimiento. Quiere destacar en consecuencia y poner de relieve, no solo la excelente profesionalidad del personal médico del Hospital, sino también la calidez humana y el trato afectuoso hacia los familiares aturdidos y desconsolados por la circunstancia vivida. Asimismo, agradece al personal de Enfermería por su profesionalidad y excelente atención, su bondad y el trato humanitario; a las jóvenes y futuras enfermeras del Hospital Escuela que cotidianamente se esmeraban en la atención de los pacientes; el trato cordial y respetuoso del personal de limpieza y seguridad en momentos tan difíciles.
El tiempo que demandó la recuperación y el tratamiento médico de Ivana y del dicente, como así también los trámites judiciales en Paysandú y en el Consulado para obtener la entrega del vehículo siniestrado y su posterior traslado a la República Argentina, explican en alguna medida la morosidad en hacerles llegar estas líneas. Y todavía queda pendiente su agradecimiento personal para estrechar en un abrazo de hermanos a quienes salvaron la vida de su hija Ivana. Escribe estas líneas a dos años de aquella terrible tragedia donde perdieron a su nietito Benicio “Beni” de solo quince meses con lágrimas en los ojos, y con la esperanza que el milagro de la vida que hoy está presente en Ivana, gracias a los médicos del Hospital de Paysandú que salvaron su vida, se haga muy pronto realidad y alegría para todos, ya que Ivana, si Dios quiere será nuevamente mamá, y es una alegría compartirlo con ustedes que tanto han hecho por ella.
En aquellos días tan difíciles la comprensión, solidaridad y calidez humana de todos los que trabajan en el Hospital, les permitió transitar el duro trance que debieron afrontar. En nombre de toda la familia Palla quiere agradecerles a todos y cada uno de ellos su profesionalidad, su trato generoso, respetuoso y humano.
Expresan su más profundo y sincero reconocimiento. Se permiten enviar estas líneas a EL TELEGRAFO de Paysandú, con el fin de hacerles llegar y trasmitirles a ustedes que el pueblo de Paysandú puede estar orgulloso de su Hospital Escuela.
El suscripto ruega a usted haga llegar a los médicos del personal del Hospital Escuela del Litoral su más cálido abrazo y un afectuoso saludo para todo el personal de dicho establecimiento.
Saluda a usted con la mayor consideración
Carlos Oscar Palla, DNI 4.980.771
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