Deportes | 26 Mar La esperanza se esfumó. Las semifinales de la Copa Nacional de Selecciones fueron un escollo insuperable para una selección mayor de Paysandú a la que le costó afirmarse; le fue difícil mover la cintura de un lado para el otro ante algunas situaciones imprevisibles como la ausencia de jugadores importantes, no solo durante la disputa del campeonato sino también antes de comenzar a jugarlo.
Lo cierto es que el cachetazo final se lo dio Cerro Largo en Melo, pero este Paysandú que luchó hasta donde pudo ya venía a los tumbos. Venía complicado, y casi siempre por méritos propios.
Porque nadie puede negar que el equipo de Ramón Silvera pagó demasiado caro dos aspectos fundamentales. Primero, el hecho de que dejó demasiados puntos oficiando como local en el Estadio Artigas, ya que solo ganó un partido, empató dos y perdió otros tantos. Y esas dos derrotas fueron nada menos que en los mano a mano de cuartos de final y semifinales. Esas dos caídas terminaron siendo claves, determinantes en el futuro de una selección que, por otra parte, perdió esos dos partidos por el otro aspecto negativo que tuvo a lo largo del campeonato: los errores defensivos.
Paysandú nunca pudo hacerse fuerte de mitad de cancha hacia atrás. Le costó demasiado contener a los rivales en mitad de terreno, y la última línea cometió errores que terminaron por hipotecar los partidos.
Tan es así, que Paysandú recibió 18 goles a lo largo de su participación en la Copa, y anotó 16. Y, está a la vista, de esta manera es complicado poder salir campeón.
Falta de tiempo para poder llegar en óptimas condiciones de rodaje tanto futbolístico como táctico, ausencias importantes de jugadores que por diferentes motivos debieron dejar la selección y eran considerados titulares… Mil motivos pueden encontrarse con el diario del lunes.
Lo cierto es que, más allá de las falencias que mostró el equipo, de haber mermado sensiblemente el poderío en varios partidos por expulsiones, y de no haber podido contar con algunos jugadores renunciantes que podrían haber dado una mano importante al menos en lo previo, la selección llegó a pelear en las semifinales de la Copa. Pudo haber dado un paso más, pero como sucedió en los cuartos de final, en el Estadio Artigas Paysandú estuvo muy lejos de poder hacerse fuerte, y terminó hipotecando su chance de poder haber hecho fuerza para estar en la definición. Ahora será tiempo de hacer un balance, de capitalizar los errores pensando en el futuro. Y, en ese sentido, la planificación será fundamental, para no volver a lamentarse el próximo año. Por eso, habiéndose votado y aprobado un proyecto a dos años que incluye actividad para la selección a lo largo de este 2012, será importante que los entrenadores inmersos en las selecciones tengan voz en el desarrollo del año deportivo, y así tener en claro cuándo el combinado entrenará y jugará los amistosos que se planificaron, y cuándo se cerrará la temporada para que, de una vez por todas, Paysandú pueda comenzar a entrenar en tiempo y forma pensando en la próxima Copa Nacional de Selecciones. STB