Paysandú, Miércoles 04 de Abril de 2012
Locales | 04 Abr Indignación, bronca y aún perplejidad hay entre los habitantes de Lorenzo Geyres por el brutal homicidio de Daiana Makarena Martínez Taborda a manos de dos jóvenes que se criaron en el mismo pueblo, compartieron juegos, deportes y chistes con el resto del pueblo hasta el mismo sábado en que aparentemente ya la habían asesinado.
“No parecían que fueran personas tan malas”, dijo a EL TELEGRAFO quien se identificó como “el paisano”, cuya familia vive a menos de 50 metros de donde vivía uno de los asesinos, “El Mister” de 19 años.
“Lo conozco desde gurí, a los 10 años ya estaba trabajando y siempre estuvo en la misma, y aunque mis hijos eran más chicos a veces jugaban con él”, comentó “el paisano”, reiterando que “era muy tranquilo, y venía a tomar mate con nosotros”.
“Venía a conversar y hacía chistes con los gurises, a la más chica le decía que estudiara las tablas. Nunca les faltó el respeto ni hubo problemas con él”, aseguró. Incluso comentó que “el sábado, cuando capaz la gurisa ya estaba muerta, pasó por casa y conversamos. El domingo, antes que lo agarraran, pasó por acá con el mate y el termo bajo el brazo, como siempre, y saludó normal”. Ahí intervino la señora de “el paisano”, acotando que “cuando llegó a casa le pregunté por qué no estaba buscando a la gurisa, como todo el pueblo, y me dijo que había andado hasta las 4 de la mañana”, lo que mostró una total sangre fría.
Familia dividida
“El Mister” es el segundo de cinco hermanos, algo tartamudo y vivía solo en la casa familiar de Lorenzo Geyres (una habitación grande y una pequeña cocina, con el baño afuera y un galpón más al fondo) justamente en la esquina de Ibirapitá y Yaguarón, frente por frente a la casa de Martín, uno de los tíos de Daiana y a escasa cuadra y media de donde vivía “El Gordo”, el menor también acusado.
Su madre se fue con las dos hijas hace años del pueblo, y él junto a dos de sus hermanos quedó con el padrastro, hasta que ellos también se fueron. Vivía solo hasta hace un mes, en que albergó a algunos compañeros de trabajo de Forestal Oriental, donde desempañaba tareas como viverista y fumigador.
El viernes a mediodía, los cuatro o cinco trabajadores que estaban en la casa se fueron a Quebracho, aparentemente a establecerse en ese otro centro poblado.
Entre los vecinos circulaba el comentario que en los últimos meses “El Mister” se comportaba “raro” y algunos lo vincularon con el uso de drogas. Otro vecino dijo que en la casa del asesino encontraron “jeringas chicas y unos frasquitos marrones y transparentes”, pero que no los tocaron porque podía ser evidencia policial.
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