Paysandú, Jueves 05 de Abril de 2012
Locales | 01 Abr El Gobierno incapaz de contener el imperio del delito, se enoja y le echa la culpa a la oposición y la prensa
Ante un récord histórico de producción de asesinatos a razón de un crimen cada 15 horas promedio, el ministro del Interior está de vacaciones en la playa haciendo lo mismo que los que quedaron trabajando: nada. Porque los culpables no aparecen.
No vamos a enumerar aquí la extensa gama de delitos que se cometen todos los días a toda hora y en todo lugar, porque todos la conocen y algunos lamentablemente por angustiosa experiencia.
Lo que sí resulta tragicómico es que se quiera tapar el cielo con un harnero y ponerse a discutir si el Sr. Bonomi es mejor o peor que los lamentablemente famosos ministros Díaz y Tourné. Es menos malo, pero ninguno mostró los atributos necesarios para desempeñar ese cargo. Los hechos hablan por sí solos. Pero eso responde a una norma impuesta por el Frente Amplio desde 2005, que es darle las llaves de la Policía y las Fuerzas Armadas a los tupamaros, o sea a los ex presidiarios. Por lógicas reminiscencias emotivas, después de haber estado con total justicia tantos años presos pagando sus delitos, siempre terminan mirando más por los delincuentes que por los ciudadanos que trabajan honestamente y como premio, reciben del Gobierno el castigo de vivir detrás de las rejas que debieron poner en sus propias casas.
Ante todo eso el presidente de la República salió a pesetear contra la oposición, diciendo que criticaban pero no proponían nada y que se pasaban “poniendo palos en la rueda”.
La verdad que esas declaraciones, más que una crítica, parecen una confesión de lo que hacía todo el Frente Amplio cuando era oposición y él mismo, desde cuando tomó las armas para derrocar al gobierno blanco electo por el pueblo en la década del ‘60, hasta 2005 cuando dejó de ser legislador de oposición.
Es mentira que la oposición no aporta nada. Y vamos a probarlo mostrando el primer aporte que se hizo entre 2006 y 2007 para impedir el avance de la delincuencia. Aporte que la petulancia propia de incapaces puestos a gobernar durante la administración Vázquez, despreciaron olímpicamente.
En aquel entonces el Partido Nacional salió a recoger firmas usando el derecho de petición al amparo del Artículo 30 de la Constitución y las papeletas decían que se hacía en virtud de a) la creciente inseguridad pública que vivía el país; b) la falta de respuesta efectiva por parte del gobierno y c) la ausencia de legislación y la necesidad de actualizar la existente. En concreto se pedía la urgente aprobación de seis proyectos de ley que el Partido había presentado al Parlamento y que el Frente Amplio “cajoneó” usando su mayoría parlamentaria. O sea todo el Frente Amplio tiene las mismas culpas de despreciar las soluciones propuestas por el Partido Nacional que pedía: Proyecto de Ley 945-2006. Artículos 69 y 72 del Código de la Niñez y la Adolescencia. Penalizar la tentativa y no solo el delito consumado. Proyecto de Ley 808-2006. Artículo 222 del Código de la Niñez y la Adolescencia. Antecedentes del menor. Se solicitaba mantener los antecedentes delictivos de los menores de 18 años. (No destruirlos). Proyecto de Ley 1102-2006. Separación de los menores infractores del resto de los internados. Se proponía la creación de la Dirección Nacional de Rehabilitación de Infractores Adolescentes. Proyecto de Ley 1104-2006. Omisión de deberes inherentes a la patria potestad. Se solicitaba la modificación de las penas ante el incumplimiento. Proyecto de Ley 1129-2006. Facilitar el combate a la droga, especialmente en lo que refiere a la pasta base. Se pedían medidas tendientes a obtener información acerca de delitos y desbaratar bandas y bocas de venta. Proyecto de Ley 944-2006. Seguridad en el medio rural. Se solicitaba actualizar normas ante la creciente inseguridad en las zonas rurales y el abigeato.
Esas solicitudes fueron presentadas al Parlamento por nuestros legisladores, en nombre del Directorio presidido por Luis Alberto Lacalle, con el respaldo de ciento cuarenta mil firmas de ciudadanos que reclamaban eso como muy necesario.
Luego de lo expuesto podemos decir que el Sr. presidente mintió al decir que la oposición nunca presentó nada.
El que no funciona es él y su partido político.
Edil Ing. Ramón Appratto Lorenzo
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Días pasados leí en su diario una solicitada referida a las peripecias vividas por un usuario en las oficinas de Antel, la supuesta “empresa de todos los uruguayos”.
Yo también estaba y tuve oportunidad de vivir, por unos momentos, lo que esta persona relató. En esa oportunidad lo mío fue un pequeño trámite que se solucionó en el momento, pero otras veces en que fui por otros trámites, he pasado por situaciones similares. La persona que escribió la nota decía, y es cierto, que sólo estaba trabajando efectivamente uno de los funcionarios en uno de los escritorios, mientras que los otros seis habían quedado vacíos.
Lo mío ha sido más dramático aún, pues me ha tocado vivir la misma inacción pero con casi todos los escritorios “trabajando”. Parece que los empleados de las empresas públicas y de ésta especialmente, pierden de vista que a quienes atienden es a los dueños de esas empresas, que somos todos. También sería conveniente que recordaran que la omisión en el cumplimiento de los deberes del funcionario público y la ineptitud para el desempeño del cargo es causal de destitución. Por último quiero felicitar a la persona que hizo la nota a la que me refiero por no dar el nombre del funcionario que no dejó de trabajar en ningún momento porque tal vez era blanco de la repulsa de sus compañeros omisos o de las sanciones jerárquicas por dejar al desnudo la ineficiencia de sus directivas.
Usuario en la misma
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Cuando reina el descriterio
Los lamentables hechos descubiertos días atrás nos escandalizan y hasta nos dan miedo de qué pasaría si tuviéramos la desgracia de necesitar una internación en cualquier hospital o sanatorio. Relativo a la salud, pregunto ¿no eran enfermeros los asesinos? A los doctores, ¿no les despertaba “alguna curiosidad” por qué se moría una persona (fueron decenas) horas más tarde de su último diagnóstico incluso cuando aún en la gravedad del caso, no fuesen problemas cardíacos? Ahora sabemos que en los anteriores trabajos, estos enfermeros tenían problemas de conducta y la sanción fue trasladarlos, que hagan el daño donde no los conozcan. Tuvieron que morir decenas de personas para que tal vez se tomen medidas (que los enfermeros vayan presos no es solución). Ahora el porqué del título. En la educación, ¿no sucede algo parecido? ¿A cuánta gente joven se les mata intelectualmente manejando maliciosamente, por parte de algunos maestros y profesores, su cultura? ¿Cuántos potencialmente, buen doctor, abogado, ingeniero, etcétera, etcétera, hoy es chofer, mozo, empleada doméstica y hasta alguien llega a prostituirse por frustración de sus planes? Tanto en la salud como en la educación hay un escalafón y un control para que esto no pase. ¿Qué pasa en la política medioambiental? ¿En los controles de alimentos? Abran, por favor los ojos señores gobernantes (oficialistas y oposición), el vaso se está volcando hace rato y ustedes están esperando la gota que lo derrame.
Hoy las leyes se votan y se aprueban para no ser cumplidas, ejemplo el casco para circular en moto, venta de alcohol a menores, deberes inherentes a la patria potestad. ¡Ojo! De nuevo se nos van también derechos constitucionales; salud, educación, seguridad, en resumen respeto a la vida y vida desde su concepción hasta la muerte natural.
C.I.. 2.983.591-9
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En estos días en nuestro país hemos tenido conocimiento del lamentable descubrimiento del asesinato de más de quince personas, por hombres (enfermeros que se creyeron ser “Dios”), con derechos de quitar la vida, por lo que serán condenados por estos hechos.
Debemos reflexionar sobre la vida y enfocándome en la Ley a favor del aborto, me pregunto: ¿No será que si esta se aprueba, estaremos a la misma altura de estos que hoy condenamos? No matando a 15, a 30, sino a miles de niños, creyéndonos dioses. ¿Quiénes nos creemos para decidir quién vive y quién no? Obligando a doctores y enfermeros a derramar sangre inocente, ¿no seremos nosotros condenados como individuos?
Reflexionemos: ¿vida o muerte? ¡No al aborto, sí a la vida!
Hoy tengo 25 años, soy hija de una madre de 15. Si esta ley del aborto hubiera existido, hoy no les estaría invitando a reflexionar. Esta ley sólo ofrece una solución más fácil, en mi opinión se debería ofrecer más apoyo social y no muerte.
Doctores, enfermeros: quiero creer que no olvidarán sus juramentos y sus propósitos. ¡Hacer lo posible por salvar la vida! J.R.
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