Paysandú, Sábado 07 de Abril de 2012
Locales | 31 Mar “Paysandú, Cessna Skylane Charly Xray Bravo Charly Bravo se declara en emergencia”, escuchó el operador del aeropuerto internacional de Paysandú. “Confirme Cessna Skyline Charly Xray Bravo Charly Bravo, ¿cuál es su avería?”, preguntó con voz calma el operador. “Flame out, flame out en el motor... motor apagado... la avioneta está ingobernable”, gritó el piloto que minutos antes había iniciado la aproximación al aeropuerto “Tydeo Larre Borges” con total normalidad y que ahora se precipitaba a tierra.
El piloto intentó tomar la pista vieja, pero no pudo desacelerar, estrellándose cerca del punto más alejado del taxi way, al oeste, derramando unos 140 litros de combustible que rápidamente tomaron fuego. Luego se sabría que de los cuatro ocupantes, dos murieron en el acto y los otros dos quedaron con severas heridas. El aeropuerto llamó con urgencia al 911 y llegaron Bomberos, Policía, Cruz Roja y Bomberos Voluntarios, pero no las ambulancias que demoraron 38 minutos.
“Si esto hubiera sido una situación real, los esfuerzos hubieran sido en vano”, dijo Daniel Novas, operador de Planes de Emergencia, División Regionales de la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica (Dinacia) a los 40 participantes del simulacro de accidente aéreo --que de eso se trataba-- cumplido en la víspera en la terminal aérea sanducera.
Una falla en la comunicación retardó 30 minutos la convocatoria a los sistemas de emergencia de la ciudad, que una vez enterados demoraron ocho minutos en arribar, llegando al mismo tiempo aunque habían partido de lugares diferentes. La comunicación en emergencias está centralizada en el Servicio 911, pero los evaluadores no habían podido identificar todavía cómo ocurrió la falla que, en una situación de siniestro real, hubiera significado mayores pérdidas humanas.
El operativo
duró 30 minutos
Solamente los jefes de los diferentes servicios de emergencia estaban al tanto de que en la víspera, a las 13 horas, iba a desarrollarse un simulacro de accidente aéreo. Se estacionó en el extremo oeste del taxi way el avión Cessna Skylane 182, cuatriplaza y monomotor, matrícula CX-BCB, del Instituto de Adiestramiento Aeronáutico de la Dinacia y a unos metros cubiertas rociadas con combustible. Cuatro personas (figurantes) se colocaron en el suelo, cerca de la aeronave supuestamente siniestrada.
Puntualmente a las 13 se inició el ejercicio, encendiendo las llamas. Esa fue la señal para que desde el comando de operaciones del aeropuerto se llamara al 911, solicitando los servicios de emergencia. Once minutos después arribó la autobomba 423 con una dotación de seis bomberos, al mando de la jefa del Destacamento, subcomisario Ana Helguera. Mientras dos bomberos corrían a constatar el estado de los accidentados, otros tres colocaban dos mangueras, estableciendo una línea de agua (la restante quedó en apoyo, por si era necesaria), con la cual se comenzó a combatir el incendio.
Los dos bomberos que primero asistieron a las víctimas decidieron retirarlas a una distancia prudente para mejorar la seguridad. Primero lo hicieron con los dos heridos, siguiendo el protocolo para mover accidentados y luego con los dos fallecidos.
A los quince minutos del alerta, arribó un grupo de Cruz Roja, que brindó la primera asistencia a los heridos y dispuso bolsas para el traslado de los cadáveres, y permanecieron en espera de personal médico.
Los minutos fueron pasando, pero las ambulancias no llegaban. Sí arribaron dos móviles de Policía que habían recorrido la ciudad a gran velocidad, pensando que se trataba de un accidente real, pues no habían sido advertidos de que en realidad era un simulacro.
A los 30 minutos, en coordinador del simulacro, Daniel Novas, decidió dar por terminado el operativo, indicando que se había producido un error de comunicación. Ocho minutos después, cuando los participantes se acercaban al edificio del aeropuerto, arribaron simultáneamente dos ambulancias de los dos sistemas de emergencia, que habían sido alertadas recién a las 13.30.
buen resultado, pero
hay para CORREGIR
Tanto Novas como el teniente coronel (Av.) Eduardo Aguirregaray, jefe de la División Regionales de la Dinacia, coincidieron en evaluar como “positivo” el simulacro. “Hubo una falla pero precisamente para eso se hacen los simulacros, para corregir, para mejorar lo que sea mejorable. Si todo estuviera bien, no serían necesario. Pero es bueno encontrar fallas porque es la manera de estar preparados para una verdadera emergencia”, señaló. Culminado el simulacro, en la sala de espera del aeropuerto internacional sanducero los participantes hicieron una evaluación de lo actuado, de los tiempos de respuesta y de la capacidad para proceder en siniestros como estos, reduciendo riesgos y asistiendo a las víctimas.
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