Deportes | 02 Abr Fabricio Damico, vivía con serenidad ese momento tan especial de coronarse con su equipo, el Paysandú Wanderers, por quinta vez consecutiva como campeón del certamen de Honor del básquetbol sanducero, un torneo que además homenajeaba a la añeja institución portuaria.
“Muy contento -expresaba el director técnico- una alegría además por la formación del grupo humano que pude hacer, el plantel de primera división, de juveniles, y creo que desde abajo viene una camada igual. Humanamente es mejor que cualquiera, lo puedo asegurar, y más allá de la riqueza técnica de los buenos jugadores que teníamos, sin lugar a dudas, la calidad humana y la formación del grupo fue lo que nos terminó dando la superación en los momentos difíciles y culminar con títulos locales y regionales en el correr de estos años”,
“¿El último partido final resultó diferente?
“Hay que reconocer una cosa, el esfuerzo de los dirigentes es notorio, es el club de Paysandú que más invierte, que se preocupa más por tener un plantel competitivo, y que ese plantel entrene. Entonces yo sabía con el plantel que contaba. Por eso el objetivo mío no era ganar los partidos por treinta puntos, sino asegurar el título. Y había un montón de cosas, como las faltas personales que comprometían a los jugadores, sabíamos que era una seguidilla de tres partidos, tuvimos un año muy cargado, entonces había que cuidar los físicos. En el primer partido sacamos 17 puntos, cuando hago la rotación, ellos aciertan y casi lo terminamos perdiendo. En el segundo fue mucho más tranquilo, dominamos el juego más allá del inicio donde estuvimos 13-1 abajo. Y hoy (por el viernes), fue el partido donde más se vio la diferencia. Se anduvo mejor en muchas cosas, tuvimos una buena rotación hecha en momentos claves y que nos dieron resultado, en un momento estábamos jugando con Soria y cuatro juveniles. Fueron tres partidos donde paso a paso conseguimos el objetivo”. “Chapatín”