Locales | 02 Abr Dos automóviles del modelo Ford A del año 1928 con rodado de alambre están siendo restaurados en Paysandú. Ambos pertenecen a Marcelino Feijoó y uno de ellos será preparado para intervenir en competencias deportivas.
Ambas unidades se encuentran en el taller de Ricardo Meneses, una de ellas mostrando solamente el chasis “pelado”, ya arenado y pronto como para comenzar a recibir el carrozado correspondiente. Los dos son modelos abiertos, vale decir con capota y de cuatro puertas. Uno de ellos, el que será usado como vehículo de calle común, se reconstruirá -todavía no comenzaron los trabajos- tal cual lo indica el original.
El otro quedará como un dos puertas, y como nos decía Meneses, preparado para competir.
La restauración comprenderá todas las areas de los dos autos --en uno de ellos ya se inició lo del chasis pelado--, abarcando la mecánica, la carrocería y la pintura. Los motores serán rectificados, de ser necesario; habrá un repaso general en caja de cambios, sistema de frenos, puntas de ejes y suspensión.
Después vendrá todo lo correspondiente a las carrocerías, de manera especial en el caso del vehículo que se mantendrá original. Ese Ford precisamente, está con sus partes de carrocería desarmadas, por lo que habrá que trabajar en la chapa, los elementos de madera y la capota.
Muchos de los elementos originales están en buen estado; será cosa de ensamblar, ajustar y por supuesto dejar todo como lo indica el propio modelo. A ello se sumará la tarea de la pintura.
Por supuesto --expresaba Meneses-- que esto llevará un tiempo prudencial, aunque los chasis están en buenas condiciones, de acuerdo a su reconocida fortaleza.
Lo cierto es que dos viejos Ford A volverán a sus tiempos de 0 kilómetro. Uno tal cual se los aprecia como autos de calle, el otro con un destino más deportivo.