Locales | 10 Abr El 2 de abril se celebró el Día Mundial de la Concenciación sobre el Autismo, declarado por unanimidad por Naciones Unidas desde 2008, con la finalidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de niños y adultos con este trastorno.
Paysandú no escapa al problema. Paola Techera y María Arnst son madres de niños autistas. En tanto, Elisa Masdeu es psicóloga y maestra del Jardín de Infantes 91 y tuvo la experiencia de trabajar con un niño autista. “En Estados Unidos se habla de epidemia de autistas debido al gran incremento de casos en los últimos años”, explicó Masdeu. Por su parte, Techera piensa que no se puede hablar de una epidemia. “Ahora hay más información sobre el autismo, entonces sale más a la luz”, manifestó.
Según la ONU, el autismo es un trastorno en el desarrollo del cerebro que comienza antes de los tres años y que deteriora la comunicación e interacción social de los afectos, causando un comportamiento restringido y repetitivo.  En los últimos años tanto Paola como María han sufrido la discriminación que reciben sus hijos: “la gente rechaza a los autistas porque no tienen información”, contó Techera. Por su parte, Arnst contó que ha estado en tiendas y que le han pedido que retire a su hijo, así como sufrió discriminación “en Comepa, pues tenía hora para atender a mi hijo y estábamos esperando. Una señora entró antes que nosotros y se quejó con el doctor que tenía que atender posteriormente a mi hijo. El doctor salió y nos dijo que nos retiráramos, fue muy doloroso para mí”.
Pero la discriminación no solo se da en la calle. A nivel educativo también siguen luchando para que sus hijos puedan acceder a los centros de enseñanza. Mateo, de 7 años, es hijo de Paola Techera y hasta ahora no ha podido ingresar a la escuela: “Mateo iba a empezar en la Escuela 102. Pero como cambiaron de directora, ésta decidió hacer una junta de maestras para decidir el caso”, contó Techera. Al final, Mateo, fue rechazado. Paola también fue a la Escuelas 11 y 98 pero tampoco dejaron ingresar a su hijo: “En la escuela 98 me dijeron que sí. Fui un jueves, al otro día la inspectora me citó y me explicó que no podían ir niños con pañales a las escuelas públicas”. A los días le dijeron que mande a su hijo a la Escuela 88, que es para niños especiales.
Allí le informaron que no había más lugar. “Fui a la Inspección de Escuelas y hablé con dos inspectoras. Me dijeron que iban a buscar una escuela para mi hijo y que me avisaban”. Hace dos semanas que sigue sin recibir respuesta.
Según la ley 15.739, todo niño cumplido 4 años tiene el derecho de acceder a la educación sin restricción alguna. Masdeu manifestó que todos los niños son diferentes y no por eso se los va a privar de la enseñanza. “La educación es atender a la diversidad y estos niños también son partes de esa diversidad”. Masdeu tuvo la experiencia de trabajar con Juan en el Jardín 91, hijo de María Arnst. Si bien al principio fue costoso, al tiempo se vieron los avances. “Yo no soy una maestra con especialización en niños con capacidades diferentes, tuve la voluntad y las ganas de aplicar estrategias para integrar a Juan con los otros niños”, contó Masdeu. La maestra explicó que una vez que logró comunicarse con él, pudo integrarlo con el resto de los niños: “Al finalizar el año Juan conocía el nombre de sus compañeros, los saludaba con la mano o un beso, se formaba en la fila y hasta cantaba con los otros niños”. Este año Juan está yendo a la Escuela 88.
Según la Organización Mundial de la Salud, dependiendo de la precisión de los diagnósticos, puede haber hasta 21 autistas por cada 10.000 niños.