Paysandú, Viernes 13 de Abril de 2012
Locales | 08 Abr Para el orientador de la Lista 36, David Doti, debería instrumentarse un régimen que permita que puedan acogerse a la pasividad auxiliares de enfermería mediante un cómputo especial de años de trabajo, teniendo en cuenta las características de su actividad.
El dirigente sanducero recordó que en el pasado período legislativo, durante su diputación, a través de una inquietud planteada por el hoy edil Claro Suárez, se planteó “la necesidad de la bonificación para las auxiliares de enfermería para su jubilación”. “Actualmente se nos vuelve a plantear en Paysandú la inquietud por un grupo de enfermeras, y en primera instancia hablamos con el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta, para una audiencia para dicho grupo, quien la evaluó como muy acertada”, subrayó.
Doti argumentó que “la realidad del trabajo de enfermería, al igual que cualquier otra actividad con un régimen de cuatro o cinco días trabajados y uno libre, es que quienes lo realizan sufren condiciones sociales que no se acercan a aquello de que el ser humano es un ser bio-sico-social y que la salud es el equilibrio entre la persona y su medio ambiente. Para las auxiliares de Enfermería es contradictorio educar hacia ese aspecto, cuando su propia vida se desliza por otros parámetros: multiempleo, bajos salarios, pocos días libres, poca relación familiar, social y política”. Puntualizó además que quienes desempeñan esta función, “deben hacerlo trabajando en la trastienda del ser humano, en contacto con lo más íntimo de sus emociones, sentimientos y/o con sus preferencias más cercanas, con sus cuerpos dolientes en las circunstancias más penosas que le toca vivir a todo ser humano en torno a la vida y la muerte. Nadie puede dudar que se trata de una profesión muy riesgosa para la salud del profesional pues seguramente a lo largo de su actividad atenderá pacientes que generarán altísimo riesgo, como es el caso de recibir un pinchazo con una aguja infectada con VIH”.
“Estos riesgos deben asumirlos en un marco laboral de bajos salarios, que los obliga a trabajar en régimen de doble empleo, con doce o catorce horas diarias, lo que como se podrá comprender, es estresante y trae aparejado la inevitable duplicación del riesgo, por estar mayor tiempo en contacto con los pacientes y, también, por el agotamiento de tantas horas de trabajo, factor que potencia los errores”, consideró. Además, señaló que el régimen de trabajo de cuatro o cinco días por uno libre origina complicaciones en la vida familiar, ya que la enfermera o enfermero nunca sabe qué fines de semana o feriados podrá contar como libres.
“Parece muy difícil que esta situación pueda revertirse en el mediano plazo, por lo que consideramos que una forma de recompensar a los enfermeros sería a través de las facilidades que pueda otorgarles el BPS, reduciéndoles los años de trabajo para acogerse a los beneficios jubilatorios. Conocemos que a nivel de la enseñanza se computa un año adicional cada tres o seis años trabajados (ya sea primaria o secundaria, respectivamente) y en caso de enseñanza especial, se computa un año cada dos años trabajados. Pensamos que el caso planteado puede y debe atenderse con criterios similares, seguros de que no se les estaría regalando nada sino que es bien merecido, ya que se lo han ganado con su esfuerzo y sacrificio”, precisó Doti.
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