Paysandú, Viernes 13 de Abril de 2012
Locales | 11 Abr En otra época las plazas eran el ámbito habitual de los niños, donde hacían sus primeras amistades, aprendían a andar en bicicleta o a caminar --entre otras tantas cosas-- hasta altas horas de la noche. Los más grandes tomaban mate mientras se ponían al día con los vecinos del barrio o se divertían mirando crecer a sus hijos. Hoy en día esto también se puede hacer, pero solamente mientras el sol acompaña la jornada porque en la noche es cuando el ambiente comienza a tornarse turbio y es preferible quedarse en los hogares.
Así lo ve Pedro, vecino de la plaza Acuña, quien contó que “de noche no podés ni cruzar porque está todo oscuro”. Por su parte, Mara, una comerciante de la zona, contó que debe cerrar temprano porque entre la una y las siete se “pone bravo”.
Dicha plaza tiene juegos para que los más pequeños se puedan entretener. Las 16 hamacas se encuentran en buen estado, al igual que el sube y baja y los bancos, aunque estos últimos están despintados. El tobogán está en buen estado, pero la arena está sucia y con pequeñas piedras. Los chorros de la fuente no funcionan, el agua no existe, la falta de pintura y las rajaduras son su característica. A la vez, cuenta con un placero que la cuida, la limpia y la mantiene.
Plaza Colón
Todo lo contrario es plaza Colón. Cuando uno camina por allí, debe pisar con cuidado para esquivar los vidrios rotos, los pozos y los excrementos de animales. El tobogán y el sube y baja no existen, mientras que el arenero está sucio, con pasto y piedras. Para un vecino, la plaza está hecha “un desastre”. Sin embargo, un comerciante de la zona contó que el deterioro es inminente pero que en 13 años no han sufrido “ningún hurto ni hechos de violencia”. Otra vecina explicó que optó por no llevar más a sus hijos a la plaza porque “no me gusta el ambiente que forma”.
En el centro de la plaza se encuentra la glorieta, que carece de agua, está rajada y hasta se han llevado algunos adoquines. Otro comerciante exige mayor seguridad y alguien que cuide la plaza, aunque aclaró que “a veces mandan a alguien de espacios públicos por alguna queja que mandamos nosotros”. Igualmente, al igual que la otra vecina, prefiere no mandar a sus hijos a la plaza. Según comentó el encargado de Espacios Públicos de la comuna, Juan Villagra, está agendado refaccionar esta plaza.
Agregó que el principal problema es el vandalismo. “En muchas plazas hemos hecho mejoras, pero así como las hacemos las destruyen, sobre todos los fines de semana” explicó Villagra. También argumentó que en este espacio público se debieron sustituir los bancos de madera por los de hormigón porque era continuo el daño. “Vimos como en esa plaza destruyeron una cabina telefónica, también arrancaron un surtidor de agua antiguo para llevárselo entre varios muchachos”, dijo.
Por su parte, la plazoleta ubicada en Héctor Gutiérrez Ruiz y avenida Brasil parece estar desolada. Está rodeada por rejas --algunas forzadas y rotas--, los bancos están todos rotos, las paredes están rayadas y el tobogán no tiene arena pero sí pasto.
Plaza Artigas
A pocas cuadras se encuentra la plaza Artigas. El sector Sur tiene los bancos despintados, la fuente está rajada pero con agua, aunque está sucia. Un vecino de la zona denunció a EL TELEGRAFO la falta de higiene en esa área y contó que hay dos barrenderos de la Intendencia que concurren al lugar pero “son un desastre, porque pasan todo el día sentados, no barren, y cuando cortan el pasto no lo sacan”. A su vez, aclaró que se terminaron los problemas cuando se dejó de vender vino en los alrededores. Por otro lado, los faroles están rotos, mientras que el busto de José Artigas -ubicado en la rotonda- se encuentra rayado y descuidado.
No muy distinto es el panorama de “la otra plaza”: los bancos están despintados y rotos, al igual que los vidrios de los faroles. La fuente está despintada, rajada, descuidada, con el agua contaminada y los canteros que bordean la misma tienen las flores secas.
Una comerciante de la zona dijo que hay un placero, pero que no cumple su función y argumentó que “yo nunca lo vi con una escoba”. A la vez, destacó la mejora de la plaza en cuanto a la seguridad en comparación con años anteriores y explicó que “antes era espantoso como rompían todo”. Con respecto a la iluminación, los consultados no emitieron quejas.
Compleja es la situación de los vecinos, quienes en algunos casos tienen leyendas de equipos deportivos pintadas en las paredes de sus hogares. José contó a EL TELEGRAFO que la plaza está mejor que años anteriores pero “sin que nadie hiciera nada por mejorar la situación, simplemente por un cambio de costumbre de la gente que adoptó el cantero central desde el Obelisco al norte para hacer lo mismo que hacían acá”.
La seguridad es algo que preocupa a quienes viven frente a plaza Artigas. La mayoría de ellos tuvo que poner rejas, alarmas y deben guardar los autos, no tanto por los robos, sino por los accidentes. “A nosotros nos han chocado cuatro veces el vehículo estando estacionado y hemos plantado tres veces los árboles que están en la puerta” explicó José.
Otras plazas
Similar es el panorama de inseguridad en la plaza Bella Vista, donde los vecinos y comerciantes se quejan por la falta de luz y las reuniones de barras “complicadas”.
“Esta es la plaza de drogadictos. Algunas personas vienen a hacer cualquier cosa, menos a disfrutarla”, expresó uno de los vecinos de la zona. La situación de la plaza es preocupante. El Centro Cultural Bella Vista tiene vidrios y puertas rotas y las paredes están en su mayoría con grafittis. Por su parte, la fuente está despintada, sucia y sin agua, mientras que el arenero exhibe piedras y excremento de animales. Igualmente, los vecinos utilizan un sector de la plaza y --según uno de ellos-- ha quedado más tranquila desde que se construyó el edificio frente a ella, por calle Ayacucho, aunque también destacan el accionar de la Policía, que “dos por tres vienen y los levantan a todos”, según contó un comerciante.
Por su parte, el estado de la plaza Rivera “es lamentable” según María, una vecina. Lo confirmamos al caminar por la misma, el pasto está crecido y el piso muy deteriorado. La parte central de la plaza cuenta con una fuente que se encuentra rota, rajada, sucia y sin agua. Los bancos que la rodean están rotos, el arenero está sucio y con piedras, como en la mayoría de las plazas que recorrió EL TELEGRAFO. Sin embargo, María fue positiva y dijo que “creo que con poca cosa y alumbrándola un poco más ya estaría, porque es una plaza hermosa”.
Según indicó Villagra, se está pintando la plaza Artigas y a la vez se encuentran refaccionando la plaza Constitución y hay un proyecto para hacer lo mismo con la Bella Vista. También explicó que el arreglo se realiza a través de un estudio de acuerdo a las necesidades de cada una y según el programa de trabajo de la Intendencia, debido a que hay un cronograma que se cumple a medida que cuentan con el personal y los materiales para realizar las obras.
En total hay unos diez placeros en diferentes turnos, que se asignan en determinados lugares en función de las necesidades. Por su parte, pidió colaboración de los vecinos para que “nos ayuden a cuidar”, expresó. Villagra también fue optimista con respecto al futuro de estos espacios públicos, debido a que “no es posible tener a todas las plazas como quisiéramos, pero vamos a llegar a un momento en que lo lograremos”.
Durante la tarde se pueden ver a los niños disfrutando en la arena, en las hamacas o en el sube y baja, pero cuando comienza a ocultarse el sol en la mayoría de estos espacios públicos ocurre lo mismo: se reúnen las barras y a las familias se les torna casi imposible disfrutar de la plaza del barrio.
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