Opinion | 11 Abr En las últimas horas el presidente José Mujica hizo una escala fuera de programa en Buenos Aires para reunirse con su par argentina Cristina Fernández, en un encuentro del que no hubo otros testigos que los propios mandatarios, ya que no participaron cancilleres, representantes diplomáticos ni otros directos colaboradores.
Si bien no trascendieron detalles de la agenda, salvo algunos elementos aportados por el propio Mujica, en este encuentro signado por la amistad personal entre ambos, el jefe de Estado uruguayo habría transmitido a la mandataria los serios problemas que se crean de este lado del río por las restricciones que ha impuesto la Argentina a las importaciones, con directa afectación sobre varios rubros que tienen en la vecina orilla su principal mercado.
Existe algún optimismo de que se puede lograr alguna mejora por esta vía, pero evidentemente hay sectores muy afectados, para los que incluso la eventual reapertura inmediata sería solo un paliativo y no la solución para todos sus serios problemas.
Una pauta de la situación la da el hecho de que con 150 licencias trabadas en la aduana argentina desde hace meses, el sector de la vestimenta ya ha perdido toda esperanza de que las barreras comerciales se puedan desmantelar.
El presidente de la Cámara de la Vestimenta, Elbio Buscaldo, dijo a El País que “fue una delegación del gobierno y le dijeron que la cosa se iba a solucionar, pero no les cumplieron; fueron del Pit Cnt y lo mismo, pero acá estamos. Argentina se ha puesto en una posición impermeable a cualquier cosa, aún cuando no le sale gratis, porque esto también les explota para adentro con falta de insumos y empresas que cierran”.
Se infiere por lo tanto que para este rubro la única alternativa es ingresar a la Argentina, porque los niveles de competitividad de Uruguay hacen inviable que se pueda competir en otros mercados, de acuerdo a lo manifestado por el empresario.
Es decir que la apuesta sigue abierta al resultado de las gestiones directas con el gobierno de Cristina Kirchner, el que hasta ahora solo ha formulado promesas y plazos que no se han cumplido, y es de esperar que por lo menos en esta oportunidad Mujica no salga con más promesas vacías de contenido.