Rurales | 13 Abr Las precipitaciones del mes de febrero y marzo han determinado que “la disponibilidad de pasto en el basalto (parte de Paysandú, Salto, Artigas, Rivera y parte de Tacuarembó) mejore sustancialmente, y cuando estamos prácticamente en la mitad de otoño, es de incluso con excelente calidad”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Marcelo Pereira, técnico del Instituto Plan Agropecuario (IPA).
El profesional sanducero recordó que “tuvimos una segunda mitad del año pasado con tasa de crecimiento muy parecida al promedio de los 10 u 11 años, pero en diciembre de 2011 comienzan a ser por debajo del promedio de la última década, acentuándose agudamente en el mes de enero de 2012”.
Sostuvo que en febrero y gracias a las precipitaciones registradas, “en la generalidad de los casos las tasas de crecimiento se recuperaron, alcanzando el promedio de los últimos 11 años, y en algunos casos superando dicho promedio, y en la actualidad se encuentran de 6 a 7 centímetros de pasto en basalto medio a profundo”.
Cuando lleguen las heladas las pasturas más sensibles a perder calidad por las bajas temperaturas, “son las más envejecidas y que tienen menos carbohidratos, perdiendo calidad. Entiendo que si no se toman algunas medidas las pasturas pueden perder volumen, porque si entramos con mucho pasto al invierno en algunos potreros, rápidamente pierde calidad, generando dificultades en la alimentación animal, que se puede solucionar con suplementaciones proteicas, lo que permitirá que el animal pueda acceder a mayores consumos de pasturas de baja calidad”, acotó.
Algo más sencillo es la utilización de subdivisiones. “Esto realizado incluso en forma temporaria, permite acondicionar el tapiz, bajándolo pero sin arrasarlo, para de esta manera tener forraje fresco en el invierno, trasladado del otoño”, dijo Pereira.
“Para entrar bien al invierno podemos acondicionar algunos potreros, comiéndolos y bajándolos un poco sin arrasarlos, de manera de contar una diversidad de situaciones, con algunos potreros presentando no tanta disponibilidad y buena calidad, y algunos otros con mayor disponibilidad y menos calidad”, precisó.
Información satelital
A través de un convenio del Instituto Plan Agropecuario con la Universidad de Buenos Aires y la Facultad de Ciencias de nuestro país, se ha logrado involucrar en un proyecto a unos 20 predios en todos los departamentos del país, que están siendo seguidos de cerca por el IPA.
Es una herramienta que permite vía satélite y con un mes de diferencia, “observar las tasas de crecimiento de nuestros campos, siendo una información importante”, sostuvo Marcelo Pereira.
Indicó que “nos parece muy importante para la institución, pero tenemos que ver si también lo es para los productores. Se pretende que los productores conozcan esta herramienta y la puedan incorporar en las tomas de decisiones que hacen rutinariamente. Tomar decisiones en base a información objetiva”, acotó.
La información satelital que se recoge “nos permite saber como han crecido nuestros potreros desde el año 2000 –mes por mes--, hasta la actualidad”.
Sostuvo que “esto tiene aplicabilidad primero en conocer y caracterizar los recursos forrajeros de nuestros establecimientos, viendo las curvas de producción, poder estimar groseramente cual es la capacidad de carga de los campos, además de identificar en cada potrero cual es el que tiene mejor performance de acuerdo a las estaciones (situaciones de sequía o inundaciones)”.
Pereira aclaró que “estas son informaciones que se están discutiendo actualmente, para luego complementarlas con el conocimiento de los productores”.
Paysandú
En el departamento de Paysandú, un grupo de productores de la zona de la colonia Juan Gutiérrez tendrá el seguimiento satelital para todos los predios.
“Hoy se hace una caracterización productiva –funcional-- de cuánto produce cada uno de estos estados, y cómo habilitar que este proceso de recuperación se efectúe más rápido y hacer un manejo más eficiente de toda esa diversidad que existe”, subrayó.
“Estamos trabajando con un número de hectáreas que no es menor, que ronda las 40.000 a 50.000 hectáreas monitoreadas con este sistema en todo el país”, indicó Pereira.