Paysandú, Jueves 19 de Abril de 2012
Opinion | 14 Abr Una premisa que deberían seguir los dirigentes políticos de todos los partidos, cualquiera sea el cargo que ejerzan, es decir tanto en el ámbito del Poder Ejecutivo como del Parlamento, es la de dar continuidad y aún profundizar determinadas políticas que conlleven acciones eficaces de interés general o en beneficio de sectores postergados o vulnerables del tramado social.
El problema es que actualmente cuando asume un gobierno siempre desea marcar su impronta a través de una distribución propia de los recursos, lo que además se ve agravado por la inercia del propio Estado a aceptar políticas nuevas, que lleva a que lo que se incorpora al principio de un período termina fagocitado por la burocracia al poco tiempo de asumir la nueva administración.
Es decir que hay muy poca disposición a practicar políticas de Estado, consultas o no, producto de un acuerdo explícito o del sentido común, con las miras puestas exclusivamente en la gente y no en base a intereses políticos particulares o sectoriales.
En este contexto debemos situar el trascendido --que es de esperar que no se confirme en los hechos-- de que el gobierno no tiene interés en mantener en ejecución el Programa Salud Bucal dirigido a los niños escolares, que se puso en marcha en todo el país a partir de 2005 por impulso de María Auxiliadora Delgado, esposa del ex presidente de la República Dr. Tabaré Vázquez.
La alerta surge de los propios técnicos involucrados en el programa, los higienistas dentales y odontólogos del Programa Escolar de Educación para la Salud Bucal, quienes temen que el plan concluya en los próximos meses, teniendo en cuenta que se les debe el sueldo del mes de febrero y que en junio vence su contrato, en tanto tampoco se les ha informado sobre si el plan continuará funcionando.
Hasta el año 2010 el mencionado programa manejaba 132 profesionales, de los cuales 111 odontólogos y 21 higienistas dentales, para atender 538 escuelas y dando cobertura a unos 67.000 niños. Al asumir el gobierno de José Mujica pasó a la esfera del Ministerio de Salud Pública y en 2011 el programa se suspendió hasta octubre de ese año, debido a problemas burocráticos.
A la vez en enero de este año el ministerio decidió que el programa se sumara a las Escuelas Promotoras de Salud, por lo que se notificó a los técnicos que se había firmado con Primaria una nueva ampliación de la licitación para contratarlos entre febrero y junio de este año. Pero hasta ahora solo se han dado idas y venidas sin que se logren garantías de estabilidad laboral y de continuidad en las acciones, pese a que el programa cuenta incluso con financiación presupuestal. Todo indica que por ahora el programa va a continuar, pero si no se pone “alma” y convencimiento a lo que se hace por las autoridades responsables, difícilmente se logren los importantes objetivos que guían el programa, dirigido nada menos que a la mejora de la salud bucal de los niños, sobre todo educándolos para que mediante la higiene y medidas preventivas puedan preservar sus dentaduras cuando sean adultos.
En Paysandú tenemos un ejemplo de lo que ocurre cuando determinadas acciones se desarrollan sin el apoyo debido y no se hace un seguimiento adecuado de resultados y la necesaria evaluación para corregir deficiencias. Así, a principios de la década de 1990 nuestro departamento recibió la donación de un móvil odontológico de la Orden de Malta al Ministerio de Salud Pública, a efectos de ser utilizado en áreas rurales, pero la actuación del móvil fue efímera y afrontó serios problemas de mantenimiento que no fueron corregidos, al punto de que la unidad estuvo muchos años abandonada y deteriorándose, sin recursos del Ministerio.
Igualmente hubo una encomiable tarea de recuperación en 2003, por acciones conjuntas entre la Intendencia Departamental, el Hospital Escuela y el SIAV para atender en algunos barrios a la población infantil, pero tras determinado tiempo esta tarea fue discontinuada. La unidad fue nuevamente recuperada y desde hace un año ha pasado a prestar servicios en una amplia zona rural con eje en Guichón, enmarcada en el plan de salud bucal de la Presidencia de la República.
Es decir que hubo un gran esfuerzo local por recuperar el móvil y volcarlo a los fines para los cuales fue incorporado, en base al impulso de actores de nuestro medio que se pusieron al hombro el proyecto, venciendo una y mil dificultades para recuperar el vehículo abandonado y ponerlo en servicio. Esta disposición, las ganas de hacer, más allá de donde provenga la idea, es la que debe signar las acciones en el sistema político y las decisiones dentro del Estado, porque antes que todo debe primar el interés general y el atender las necesidades de la gente.
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