Opinion | 14 Abr En las próximas horas viajará a la Argentina el secretario ejecutivo de la Asociación de Grandes Consumidores de Energía Industrial, José Luis Pou, debido a que los industriales uruguayos con consumos elevados de energía están preocupados por las dificultades que presenta ese país para abastecerse de gas natural, lo que se espera que genere restricciones a Uruguay y altos precios.
Pou procura en este viaje interiorizarse de cuáles son las perspectivas cuando faltan apenas semanas para la llegada del frío que dispara la demanda nos limita el suministro.
“Si no tienen para ellos, menos van a tener para nosotros. Fui a averiguar cuál era la situación y es esa”, dijo Pou a El País.
Es que el tema energético está particularmente complicado en el vecino país. Además, recientemente la estatal Enarsa rechazó las ofertas de cuatro llamados para adquirir cargamentos de gas por considerarlas elevadas.
Según el industrial uruguayo el precio que el gobierno argentino quiere pagar está “un 20% abajo de los valores que se manejan” para ese país por lo que no está claro que consiga los cargamentos licitados. A la vez, varios oferentes “ya habrían descartado presentarse por el ‘ruido’ y la incertidumbre jurídica que genera la pelea entre el gobierno e YPF” (en medio de rumores sobre re estatización de la firma). Por eso a los grandes consumidores de energía les preocupa que este contexto comprometa el suministro que Argentina da a Uruguay. Otra preocupación “es el precio” ya que, “a esta altura va a ser alto, porque va a ser el más caro de todas las licitaciones”, dijo Pou.
Estos avatares son propios de las políticas erráticas y de subsidios que aplica el gobierno de Buenos Aires desde hace muchos años, y particularmente en la energía los problemas se suman y la incertidumbre crece. No está muy lejos la situación creada en su momento por el gobierno de Néstor Kirchner, cuando cesó la venta de gas en pleno invierno a Chile y los trasandinos debieron salir desesperamente a ensayar algún un plan de emergencia, para liberarse de la dependencia del gas argentino.
Sin embargo, los chilenos –que no están atados a simpatías políticas regionales de ningún tipo—ya resolvieron sus problemas de abastecimiento, descartando el gas argentino tras haber sufrido de la peor forma los cortes que ese país hizo a piacere. Mientras tanto, Uruguay sigue pendiente de la caridad de Cristina, mientras Mujica asegura que “este año” se instalará una planta regasificadora en el Río de la Plata, con o sin participación argentina. Pero por ahora, es sólo una promesa.