Paysandú, Viernes 20 de Abril de 2012
Rurales | 15 Abr La cabaña sanducera “El Blanquillo”, ubicada al norte del departamento, perteneciente a la familia Iglesias Achigar, importó tres nuevos carneros Merino Multipropósito producidos en el Núcleo Central de Sudamérica, establecido en Argentina.
Tradicionalmente criador de Merino Australiano, “El Blanquillo” desde el año 2006 está trabajando con esta variedad doble propósito, con el fin de aumentar la producción de carne sin perder calidad de vellón.
La ingeniera agrónoma María del Pilar Iglesias Achigar destacó que este Merino Multipropósito es originario de Australia. Se trata de ovinos muy rústicos, que se crían muy bien a campo natural y que aportan lana fina y una res muy carnicera. Precisamente desde Australia llegó al sur del continente material genético, que se distribuyó en Chile, Uruguay, Islas Malvinas y en mayor proporción en Argentina, donde está el Núcleo de distribución.
Los reproductores importados por “El Blanquillo” son dos borregos de cuatro dientes y un carnero boca llena de tres años y medio. Uno de los borregos, de segundo vellón, con 11 meses de lana produjo una finura de 17,6 micras y 105 milímetros de largo de mecha y el otro dio un vellón de 18,3 micras y 110 milímetros de largo. Después de esquilados dieron un peso de 83 kilos. El carnero boca llena, que ya produjo tres vellones, también con 11 meses de lana dio una finura de 20,6 micras y 150 milímetros de largo de mecha y actualmente está pesando 97 kilos.
Los tres reproductores son hijos de carneros australianos provenientes de la cabaña Glendemar. Iglesias indicó a diario Cambio que esa cabaña australiana “se destaca por estar en la punta de las evaluaciones genéticas (Merino Select) en lo que a carne se refiere, incluyendo ganancia de peso y profundidad de ojo de bife”. Además, “El Blanquillo” adquirió 400 dosis de semen congelado de la misma cabaña australiana para ser utilizado este otoño.
Este emprendimiento es la continuidad de un proyecto que se inició precisamente con la importación de dos carneros de Australia y seis reproductores del Núcleo Central de Sudamérica. Un año después introdujo semen congelado desde Australia y en 2008 se trajeron algunos embriones, para acelerar el proceso. “Desde hace cuatro años se están comercializando reproductores, hijos de esas sangres importadas, así como también semen congelado. Hay varios establecimientos productivos que están muy avanzados ya en la utilización de esta genética”, explicó Iglesias.
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