EN UN CONTROL DE RUTINA

Locales | 16 Abr Un control de tránsito de rutina derivó en una pelea en la que participaron varias personas, especialmente jóvenes --de acuerdo a testigos en el lugar-- resultando con heridas cinco inspectores de tránsito (entre ellos una mujer y un herido con corrimiento de tabique nasal), en tanto una persona se resistió al arresto y resultó también herida. Asimismo hubo daño a la camioneta de la Intendencia de Paysandú, que participaba en el operativo.
Los hechos se precipitaron alrededor de las 20.30 cuando se desarrollaba un control de tránsito en el que participaban media docena de inspectores de tránsito y dos policías, en Entre Ríos entre Washington y Bolívar.
Un grupo de personas --presumiblemente menores-- comenzó a abuchear la labor de los efectivos de la Dirección de Tránsito, que continuaron trabajando pese a ser blanco de piedras y a que los conos de seguridad les fueran sustraídos por el grupo, que empezaba a transformarse en turba.
La violencia aumentó rápidamente, aunque no fueron de inmediato convocados refuerzos policiales. En ese lapso, un hombre joven, identificado como conductor de un programa radial en una FM, fue interceptado para el mismo control que se aplicaba a los demás conductores. Como carecía de documentación, no tenía casco ni estaba habilitado para conducir, le fue requisada la moto, que fue asegurada como es habitual en la caja de la camioneta. Testigos indicaron que ese fue el momento en que la turba se acercó amenazadora a los inspectores, tratando de defender al infractor. Varios inspectores sufrieron lesiones y el conductor de la camioneta también recibió --dentro del vehículo-- al menos dos golpes de puño, en tanto el vehículo era dañado, especialmente el parabrisas delantero. Una inspectora fue arrojada al piso y golpeada, en tanto los demás trataban de defenderla. Finalmente la camioneta pudo escapar con el personal, para evitar mayores heridas mientras la violencia aumentaba.
Personal policial llegado en esos momentos ayudó a proteger a los inspectores y detuvo a un hombre que se resistió al arresto, lo que en el forcejeo le provocó lesiones en el rostro.
En tanto, cual tribu urbana, un grupo de personas permanecía en el lugar, pletórico por lo que consideraba una “victoria”, realizando acrobacias en sus motos, transgrediendo en varios puntos la Ordenanza de Tránsito, en un ambiente que un vecino calificó como “zona liberada para toda transgresión; están felices porque según ellos ganaron los malos”.
Otras personas jugaban con conos como si de trofeos de guerra se tratara y otras montaban guardia junto a una valla de protección usada en los cortes de tránsito, como si estuvieran esperando que llegaran a retirarla, para continuar la gresca.
Intervino la Seccional segunda de Policía, adonde tras el control médico en el Hospital Escuela del Litoral fueron llegando los involucrados para tomarles declaración. Se supo que por lo menos dos inspectores de tránsito identificaron al posteriormente detenido --que no había sido cuestionado por los inspectores pero participó en el ataque-- y que se había desacatado. También en el lugar, los inspectores atacados habrían identificado al conductor de radio como quien había subido a la camioneta policial con intenciones de robarse la moto incautada, a la postre la suya propia.
“ESTO ES UNA LOCURA TOTAL”
El director de Tránsito, Haroldo Canoniero, y el director de Movilidad Urbana, Jorge Bartaburu, se hicieron presentes en el lugar tan pronto fueron alertados. Canoniero, sin salir de su asombro, solo atinó a decir: “Esto es una locura total; atacaron a los inspectores sin ninguna razón en el marco de un control de rutina. Esto es algo totalmente loco”.
Más tarde, algo más tranquilo y en la Seccional segunda adonde concurrió para apoyar a sus funcionarios, dijo que “estas actitudes de un grupo de personas, de un grupo de jóvenes, creo que lo que hacen es demostrarle a la población entera que los peligrosos son ellos. Si por transgredir una ley van a golpear y atacar, entonces no se podrá vivir dentro de una sociedad”.
Aseguró asimismo que “estos hechos no lograrán absolutamente nada, que eso quede claro. Los controles van a continuar y seguiremos haciendo cumplir la ordenanza. Quien no la cumpla tendrá las consecuencias previstas por la propia ordenanza. Pero estoy seguro que la inmensa mayoría de la población nos lo va a agradecer y mucho”.