Opinion | 19 Abr Los problemas ambientales no se solucionarán hasta tanto no se resuelvan las acciones de los humanos. Y esa afirmación es terriblemente cierta. Y los ejemplos no sólo hay que buscarlos en las actividades industriales o agropecuarias a gran escala, sino que también tienen manifestaciones mucho menos notorias pero que exigen igual control y sanciones.
Las actividades perjudiciales para el ambiente, ya sean tan pequeñas como arrojar un cigarro a la calle o tan graves como verter líquidos contaminantes en un arroyo, no deberían pasarse por alto, y tampoco el tirar basura en lugares públicos que todos disfrutamos.
Paysandú cuenta con más de 30 basurales endémicos que constituyen un verdadero dolor de cabeza para la Intendencia, no sólo por sus implicancias en lo que respecta a la limpieza de la ciudad sino también por sus eventuales efectos sobre la salubridad pública. El esfuerzo por limpiar esos lugares choca una y otra vez con la irresponsabilidad e inconciencia de personas que apenas el lugar es limpiado vuelven a arrojar basura.
No obstante, como bien señaló el director general de Servicios de la Intendencia, Roque Pérez, “el colmo de los colmos” se dio esta semana cuando un vehículo --que se procura identificar-- tiró en una zona urbana densamente poblada más de 100 envases de productos agroquímicos, potencialmente perjudiciales para el medio ambiente y la salud humana.
Resulta poco creíble pensar que quien tiró esos recipientes no sabía qué estaba haciendo ni cómo deben ser manipulados o qué debe hacerse con ellos para su disposición final. El Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca se encarga de informar a los productores sobre cómo debe gestionarse este tipo de recipientes que, por si fuera poco, tienen escrito en su etiqueta los procedimientos correctos para su eliminación y advertencias sobre su peligrosidad.
En definitiva, bueno es que como vecinos estemos atentos a este tipo de situaciones, colaboremos con las autoridades para que puedan sancionarse estas infracciones que rayan en lo delictivo y asumamos nuestra cuota parte de responsabilidad. Difícilmente podremos revertir males mayores si no empezamos a cuidar el medio ambiente en que vivimos.